Cádiz

Luchar contra el Alzheimer a través del ejercicio físico, la investigación pionera que lleva a cabo la UCA

Un grupo de investigadores gaditanos realiza un proyecto que pone de relieve la importancia de moverse para retrasar el deterioro cognitivo

Daniel, en primer término, viendo los resultados de la prueba de esfuerzo realizada por uno de los participantes en el estudio. L.V.

Verónica Sánchez

«Se trata de sumarle vida a los años, no años a la vida». Con esta clarificadora frase resume Daniel Velázquez el proyecto ‘Eficom Intermae’ , que lleva a cabo el grupo de investigación de la Universidad de Cádiz ‘Move-it’ , formado por jóvenes investigadores del ámbito de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.

Este proyecto, que comenzó en 2017, examina los efectos de la actividad física en personas mayores, de entre 65 y 75 años . El objetivo es «buscar los marcadores para retrasar la aparición del Alzheimer», detalla Daniel. Este joven chiclanero de 27 años acaba de presentar la primera tesis en la que se recogen los resultados del proyecto. En ella, explica, utiliza un marcador, la capacidad cardiorrespiratoria, «predictor de enfermedades cardiovasculares y asociado al riesgo de mortalidad por todo tipo de causas».

El equipo de investigación de la UCA ha buscado los determinantes de la capacidad cardiorrespiratoria en personas mayores, de entre 65 y 75 años, y han comprobado cómo una mayor capacidad cardiorrespiratoria se asocia a una mayor capacidad cognitiva.

Así pues, un estilo de vida activo, hace que aumente la capacidad cardiorrespiratoria y que, a su vez, haya mayor capacidad coginitiva . «Y la demencia se diagnostica por los déficits cognitivos», detalla Daniel.

Una buena calidad de vida

Para realizar esta investigación se seleccionó a un grupo de mayores de Cádiz, San Fernando y Chiclana, con riesgo de deterioro cognitivo leve, que, tras pasar un completo chequeo de salud (con pruebas entre las que se incluyen análisis de sangre y genético, resonancia magnética, longitud de telómeros o pruebas de esfuerzo) realizó ejercicio físico supervisado por los componentes del grupo de investigación durante cinco meses, para ver cómo afecta esta actividad a su función cerebral, cognitiva y metabológica. «Con estos marcadores se puede saber qué personas son más propensas a desarrollar Alzheimer ». Y los resultados que fueron obteniendo se comparaban con otro grupo de control que no realizaba ejercicio físico.

Las conclusiones de este proyecto subvencionado por el Ministerio de Economía y Competitividad y el Instituto de Investigación e Innovación en Ciencias Biomédicas de la Provincia de Cádiz, no han dejado lugar a dudas: a mayor capacidad cardiorrespiratoria, mayor conservación de la estructura cerebral . Ya que la capacidad cardiorrespiratoria hace que haya más oxigenación cerebral y «las personas con mejor estructura cerebral tienen más oxigenación. Lo que se relaciona directamente con el estilo de vida».

Como afirman estos investigadores, el Alzheimer es una enfermedad para la que actualmente no hay cura ni un tratamiento que haga mejorar al paciente que la sufre, por eso se trata de intentar retrasar al máximo su aparición .

«El Alzheimer es una enfermedad asociada con el envejecimiento, si tenemos en cuenta que España es el segundo país más longevo del mundo , lo que queremos es garantizar a las personas mayores una buena calidad de vida. Y, para ello, hay que abordar las tres dimensiones de la salud: el bienestar físico, mental y social», cuenta Daniel.

Para mejorar la salud física y la mental estos investigadores (que buscan más candidatos para seguir con las pruebas) animan a toda la población, especialmente, en este caso, a los más mayores, a realizar actividad física. «Los beneficios empiezan a notarse desde el primer momento en el que se realiza ejercicio» , afirma Daniel. Al tiempo que cuenta que las barreras principales de las personas mayores para empezar a moverse son la edad, la enfermedad o que nunca han hecho deporte. «Y nada de eso hace que no puedan realizar ejercicio, al contrario, es beneficioso», manifiesta el investigador.

Beneficios desde el primer día

La sugerencia de los expertos de la UCA es cumplir con las recomendaciones mínimas de actividad física de la Organización Mundial de la Salud. Que son, por un lado, de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica moderada o vigorosa a la semana (es decir, no vale con salir a andar, sino que hay que andar rápido). Además, explica Daniel, la OMS ha recomendado en su última actualización, de 2020, algo que en el grupo de investigación ya llevan aplicando desde 2017, la «actívidad física muticomponente», incluyendo ejercicios de fuerza, equilibrio y movilidad . Y todo ello, ¿para qué? Pues entrenar la fuerza sirve, en el día a día, para coger las bolsas de la compra o levantarse de la silla, por ejemplo; la movilidad para tomar un vaso de la encimera o coger el libro de lo alto de la estantería; y el equilibrio para evitar caídas y contrarrestar la principal causa de muerte de los ancianos en nuestro país: la fractura de cadera.

Ya se ha visto que el ejercicio físico es un arma frente al Covid . «Hace que tengamos el sistema inmunológico y el aparato respiratorio más entrenado», señala Daniel. Por eso, las personas que lo practican «están más preparadas para responder a un estímulo determinado, como puede ser una enfermedad». Además de presentar, en el caso del coronavirus, «menos riesgo de hospitalización, menor mortalidad e, incluso, la vacuna en ellos es más efectiva».

Esa arma, ahora, se extiende al plano neurológico . Los resultados de este estudio se presentarán a mediados del próximo mes de mayo, en un congreso internacional que se celebrará en Cádiz y al que acudirán ponentes y expertos de primer nivel.

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