TRIBUNALES

El joven que tenía un arsenal de armas en Valdelagrana se enfrenta a once años de prisión

La Guardia Civil lo detuvo bajo las sospechas de que era un 'conseguidor' de diferente tipo de armamento para narcos del Campo de Gibraltar

El detenido, esposado, saliendo de su casa cuando fue arrestado.

M. Almagro

En febrero del pasado año un importante operativo de la Guardia Civil tomaba a primera hora de la mañana la urbanización de Valdelagrana, en El Puerto. Registraban una vivienda y se llevaban detenido a un joven de algo más de 20 años investigado por formar parte presuntamente de una red que se dedicaba a facilitar armamento de todo tipo a los narcotraficantes . En su casa encontraron multitud de armas, cargadores y distintos accesorios tácticos procedentes al parecer de hasta cuatro armerías diferentes del país. Una vez que pasó a disposición judicial, el juez instructor decretó su ingreso en prisión acusado de tenencia ilícita de armas, receptación y un delito contra la salud pública porque además los agentes también descubrieron que guardaba cocaína y hachís en su casa.

Pues bien, en las próximas semanas si no se llega a una conformidad de las partes se celebrará el juicio contra él. De momento, la Fiscalía solicita para el procesado once años de cárcel por los delitos mencionados.

Como relata el fiscal en su escrito de acusación , la Guardia Civil comenzó a investigar a este joven tras llegarles varias informaciones. En primer lugar certificaron como el 15 de septiembre de 2018 acudía a Lebrija. Allí había quedado con otro individuo que, según comprobaron, escondía en su casa varias armas de fuego que habían sido robadas de una finca en Espiel (Córdoba).

Continuaron con las pesquisas, en lo que bautizarían como operación 'Navero-Sherry', y vieron que el investigado no realizaba ninguna actividad laboral lo que no le impedía tener una «vida ociosa». Y que además usaba dos vehículos que eran propiedad de dos familiares cercanos suyos.

Le seguían ya la pista y comprobaron como se desplazaba de manera habitual al Campo de Gibraltar (hasta en 18 ocasiones) donde, según el Ministerio Público, tenía «encuentros con personas relacionadas con actividades del narcotráfico, citas en las que extremaba las medidas de seguridad ( actitud vigilante , contramarchas ,ect )». Por otro lado también se le vio trasladándose a una gasolinera de El Puerto donde entregaba envoltorios que podrían tratarse de papelinas a diferentes compradores. Al mismo tiempo se comprobó que tenía contacto con varias armerías que le surtían de material.

Con todas estas pruebas en la mano, un importante dispositivo de la Guardia Civil entró en su casa el 6 de febrero de 2019. En el registro encontraron tabletas de hachís, marihuana y cocaína, tanto en polvo como en roca, así como sustancia de corte y útiles para su venta y distribución. Además comprobaron como en uno de los vehiculos tenía dos dobles fondos (en el paragolpes y en el lateral de la guantera) que, según la acusación, estaban destinados sin lugar a dudas al transporte de las mercancías ilegales.

En cuanto al armamento que supuestamente almacenaba, se hallaron siete armas de fuego largas, entre ellas, una escopeta repetidora marca Benelli, otras tres Fair con los números de serie borrados procedentes al parecer del robo de la finca cordobesa y una carabina. Se le intervinieron también numerosos cartuchos, dos botes de humo, hasta trece DNI y permisos de conducir de otras personas, extraviados o robados, (que al parecer usaba para el contrato de altas telefónicas), numerosas tarjetas de móvil prepago y documentación. Toda la munición se hallaba en perfecto estado de conservación y funcionamiento. En total fueron 513 cartuchos. Alguna de la munición encontrada destaca por su peligrosidad y está catalogada como 'munición de guerra'.

Algunas de las armas que se encontraron en el registro.

Operación 'Navero-Sherry'

Este joven no fue el único detenido en la operación Navero Sherry en la que la Guardia Civil también arrestó a otras nueve personas en las provincias de Cádiz, Sevilla, Córdoba, Madrid y Valencia. Se les considera autores de los delitos de tráfico de armas, contrabando, depósito de armas de guerra, tenencia ilícita de armas, tráfico y depósito de municiones, robo con fuerza, receptación y tráfico de drogas.

Según informó la Benemérita, los miembros de la organización contaban con dos talleres clandestinos en los que se hallaron veinte armas de fuego, 12.413 cartuchos de diferentes calibres, 118 silenciadores , 31.520 euros y dos vehículos con los que introducían las armas en nuestro país.

La operación se inició a raíz de la investigación abierta por la Jefatura de Información para averiguar el origen de dos escopetas tácticas. Estas armas fueron intervenidas junto con 2.000 kilos de hachís a una de las organizaciones de narcotráfico que operaba en el Campo de Gibraltar. En colaboración con la agencia estadounidense ATF, los investigadores revelaron que las armas habían sido introducidas de contrabando en nuestro país. Los miembros de la organización viajaban en coche hasta otros países para traerlas a España ocultas en dobles fondos.

La organización vendía las armas con silenciadores de última generación fabricados en una empresa de mecanizados metálicos de la provincia de Madrid. Durante los registros se intervinieron 118 de estos silenciadores conocidos como «chupetes».

Robo en talleres clandestinos

Los detenidos robaron 27 armas de fuego en un taller clandestino de armas de Espiel (Córdoba) y las ocultaron en una vivienda de Lebrija (Sevilla). En el registro de este domicilio, la Guardia Civil descubrió otro taller clandestino dotado de maquinaria pesada para la manipulación de armas y la fabricación ilegal de municiones.

Además de las armas y los vehículos utilizados, la Guardia Civil intervino 12 metros de mecha lenta explosiva, dos granadas fumígenas, pólvora, numerosos cañones y piezas fundamentales de armas de fuego, así como herramientas y maquinaria, equipos de visión nocturna e importantes cantidades de estupefacientes.

En esta operación participaron las Secciones de Información de las Zonas de Andalucía y Valencia, y los Grupos de Información de las Comandancias de Sevilla, Córdoba, Cádiz, Algeciras y Madrid; así como el Servicio Cinológico y las Unidades de Seguridad Ciudadana (USECIC) de las Comandancias de Sevilla y Cádiz.

Las diligencias han sido dirigidas por los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción Único de Cazalla de la Sierra (Sevilla) y por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de El Puerto de Santa María.

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