SEGUNDA SESIÓN DEL JUICIO CASA DE LOS HORRORES

Casa de los horrores de Chiclana: «Esa señora no es la que estuvo en mi notaría»

El notario de Cádiz con el que la cuidadora de los ancianos firmó un poder general y la herencia a su favor confirmó ante la Guardia Civil que la mujer que le mostraron en un vídeo para identificarla no era María Babes

María Babes, una de las ancianas que estaba al cuidado de la pareja acusada.

M. Almagro

Segunda jornada del juicio del caso bautizado como 'casa de los horrores de Chiclana' , en el que se dirime si los dos acusados que supuestamente cuidaban de cuatro ancianos en un chalet de la localidad los maltrataron y se aprovecharon de su dependencia para robarles sus propiedades. Estrella M. y Markus A., dos ciudadanos de origen alemán y cubano, se enfrentan a la pena de 25 años de cárcel después de que la Fiscalía haya solicitado el aumento de la condena al considerarlos autores de tres delitos de maltrato en vez de uno. Además están procesados por estafa, falsedad en documento público y lesiones.

La vista de este martes ha contado con la declaración de numerosos testigos . Entre ellos el notario de la capital gaditana al que los cuidadores acudieron acompañados de una anciana para que ésta firmara un poder y una generosa herencia a favor de Estrella M. Supuestamente esta señora era María Babes, la anciana de 102 años cuya presunta desaparición abrió la investigación y que terminó falleciendo poco antes de que la pareja fuera detenida.

Pues bien, la procesada había asegurado que esas escrituras se habían formalizado por la voluntad expresa de María que era quien quiso dejarlo todo y que fue con ella a la notaría con tal propósito. Sin embargo, en su declaración ante el tribunal de la Sección Cuarta, el notario ha confirmado que quien acudió a su oficina no fue María Babes sino otra mujer de avanzada edad. Así lo ha apuntado ante las preguntas de la Fiscalía asegurando que la Guardia Civil le enseñó un vídeo y unas fotografías tras los hechos y fue entonces cuando se percató de este posible engaño. «En el juzgado me enseñaron un vídeo y la que ví en ese vídeo no era ella», ha afirmado. Los agentes sospechan que esa mujer podía ser Elisabeth, la otra anciana que cuidaba la pareja y que estaba impedida.

El notario ha relatado cómo se realizó la firma . Según ha detallado, aquel día al estar de obras en su notaría optó por bajar al parking para facilitar a esa anciana, que iba en silla de ruedas, la firma. «Me encontré con Estrella, otra persona que conducía y una señora que yo creí que era María Babes». El acto, que se realizó allí mismo, consistió en materializar un poder general y un testamento, todo a favor de Estrella.

«La señora no hablaba nada y yo le iba explicando las cosas». Más tarde la cuidadora acudió ya sin la compañía de ninguna anciana para formalizar la aceptación de esa misma herencia a su favor. En ninguno de estos trámites intervino el otro procesado, Markus, según ha declarado el notario. La defensa de los acusados ha insistido en cuestionarle al profesional si las copias de esas escrituras públicas se las entregó a la Guardia Civil bajo ordenamiento judicial.

La «mejoría» en la residencia

La segunda jornada de este juicio se centró en el testimonio de los médicos y responsables del centro de Chiclana que atendieron a dos de los ancianos cuando fueron ingresados en sus instalaciones. Además también declararon el enfermero y la médico responsable de la ambulancia que acudió a la casa donde uno de los señores, Gabrielle, «se encontraba agonizando».

Como explicó el enfermero, acudieron el 29 de noviembre de 2016 a dar respuesta a un aviso porque uno de los ancianos se encontraba muy mal. Según sus palabras cuando llegaron estaba a punto de fallecer. «Estaba en una casa anexa, en una cama articulada. La habitación estaba desangelada, vacía ...». Les recibió la señora que les había llamado (Estrella). «Estaba muy nerviosa. Insistía en que lo lleváramos al hospital pero le decíamos que no se podía ya, que se estaba muriendo». «La situación no era muy normal. No noté nada de afecto ni de cariño». O al menos, ésa fue «su impresión». «Me pareció que el enfermo no estaba bien cuidado, que en este caso había dejadez de funciones. Es más, de no fallecer el hombre, hubiese informado a la trabajadora social».

En la misma línea se manifestó la doctora que atendió a Gabrielle. «Tuve que decidir yo no moverlo de allí porque pregunté por sus familiares y me dijeron que no tenía. La señora insistía una y otra vez que lo trasladáramos de forma muy inquisitiva. Fue todo extraño, estaba todo muy desangelado». La médico además aseguró que le sorprendió que en esa situación tan crítica la acusada no estuviera presente y este señor muriera acompañado solo de los sanitarios.

En cuanto a los ingresos en los centros de mayores , la Sala pudo escuchar el testimonio de algunas de las personas que atendieron e incluso mantuvieron cierta relación con María Babes cuando ésta se internó en octubre de 2017 en esta residencia del Novo tras pasar por el hospital de Puerto Real. Al ser dependiente y no tener familiares directos se solicitó una orden de ingreso no voluntario al juzgado. La propia Estrella contactó con este centro para que María ingresara, según declaró ella misma y confirmó una de las asistentes.

Esta asistente social relató que la cuidadora la visitó en varias ocasiones y que la anciana l legó al centro desde el hospital deshidratada y desnutrida pero que en Puerto Real no abrieron expediente porque era la propia señora la que se negaba a comer. Un enfermero, actual director del centro, aseguró que con los cuidados que María recibió en el centro mejoró «sorprendentemente» en cuestión de semanas. «Me dijo que tenía sed y hambre y cuando vimos que no tenía dificultad para tragar empezó a alimentarse por boca. Mejoró en días», afirmó.

Sin embargo, al poco tiempo, María, más recuperada, incluso comiendo por ella misma, volvió a salir del centro para irse a la casa de Chiclana . Desde el lugar no se dio aviso a los juzgados aunque había una orden judicial vigente. «Ya se estaba investigando», argumentó otra de las responsables del centro.

En este sentido, algunos trabajadores apuntaron que ella misma les dijo que no quería marcharse, mientras que otra empleada aseguró que cuando fue la cuidadora a recogerla no ofreció ninguna resistencia. Estrella sostuvo en su declaración ante el tribunal que fue la anciana quien le rogó volver con ella, que se sentía «encerrada».

Por otro lado también declararon el sobrino de Estrella y su mujer quienes se hicieron cargo de dos de los ancianos cuando la acusada y su pareja tuvieron que ausentarse. Según explicaron ellos siguieron las instrucciones que les había dado la procesada sobre la comida y las medicinas que tenían que darle a estos dos mayores. Que mientras a Elisabeth le daban un «preparado», una papilla, a Silvestre le daban «comida normal» varias veces al día. Relataron además que habían llegado desde Cuba a España a finales de 2017 y directamente se hicieron cargo en Chiclana de los cuidados de estos ancianos sin tener experiencia ni preparación para ello, según admitieron. «Iba a ser algo provisional», afirmó el sobrino.

El juicio continuará y quedará visto para sentencia este miércoles con la declaración de nuevos testigos y la emisión de informes y conclusiones por las partes.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación