TRIBUNALES

Casa de los horrores de Chiclana: «Ellos querían que los cuidara»

La acusada por haber supuestamente maltratado y engañado a varios ancianos de los que se hizo cargo niega ante el tribunal que se aprovechara de ellos y los mantuviera encerrados y malnutridos

La acusada entra en la Audiencia Provincial.

M. Almagro

Estrella M.R., la ciudadana germano-cubana acusada por haber supuestamente maltratado durante años a varios ancianos y además haberles estafado vaciando sus cuentas y apoderándose de sus bienes ha negado este lunes ante el tribunal estos hechos en el juicio contra ella y su pareja que ha comenzado en la Audiencia Provincial de Cádiz.

El caso conocido como 'la casa de los horrores de Chiclana' ha llegado hasta la Sección Cuarta y será sus magistrados titulares quienes tras oírlos en declaración y analizar todas las pruebas presentadas decidan si Estrella M. y su pareja entonces, Marcus A., de origen alemán, cometieron los delitos de lo que se les acusa y por lo que la Fiscalía solicita 19 años de prisión para cada uno.

Estrella sí ha querido declarar a las preguntas de las defensas, no a las de Fiscalía y Abogacía del Estado, presentado también en la causa. Marcus se ha acogido a su derecho a no declarar . Según ha manifestado la cuidadora, los ancianos estuvieron bajo su atención porque así lo quisieron ellos. A estas personas las conoció en Tenerife, donde residían anteriormente y trabajaban en un centro de mayores, y fueron ellos los que prefirieron trasladarse con Estrella una vez que esta cambió de residencia a Cádiz. Fue este el caso de Silverter e Isabel, y posteriormente, de María Babes, la mujer de 90 años que la Guardia Civil encontró en Cádiz tras una denuncia presentada en Alemania y por la que se destapó este truculento asunto. También de Gabrielle, con quien había mantenido una relación anterior.

«Ellos querían estar con nosotros mejor que en una residencia», ha insistido a los jueces la procesada. Como ha asegurado, todos los ancianos que estuvieron bajo su cuidado no fueron maltratados ya que, tanto ella como Marcus se dedicaron a su atención, los bañaban, limpiaban la casa, les daban las medicinas y ante cualquier problema los llevaban a un centro sanitario. Además ha desmentido que hicieran uso de los poderes notariales que les dieron para su beneficio propio. Que ese dinero lo destinaron a comprar muebles y útiles para el cuidado de sus residentes.

Estrella ha declarado que cobraba en torno a los 1.200 euros a cada una de estas personas por tenerles bajo su custodia en el chalet de Chiclana que la Guardia Civil bautizó como 'la casa de los horrores', una vez investigaron los hechos y entraron a la vivienda donde los hospedaban.

El instructor responsable de esta investigación de los hechos datados a finales de 2017, ha dado una versión completamente distinta a la de la encausada . Según ha precisado, los ancianos no recibían las atenciones debidas porque así lo confirmaron los médicos que pudieron tratarlos en los centros sanitarios en los que ingresaban de manera periódica. Como en el caso de María Babes. Esta anciana falleció poco después de la detención de los investigados pero cuando los agentes fueron a verla, antes de volver a la casa de Chiclana, se encontraba «bien», tras permanecer varios días internada en esta clínica. «Cada vez que iban a un centro médico se recuperaban pronto y era después cuando volvían a la casa cuando se ponían peor», ha afirmado el instructor.

En cuanto a la supuesta estafa, la Guardia Civil comprobó que habían vaciado las cuentas de estas personas y que la visita al notario de Babes la pudieron hacer acompañada de otra de las ancianas ya que ésta les aseguró que «jamás» les había autorizado a hacerse cargo de sus cuentas y además que la fecha en la que fueron coincide que Babes permanecía ingresada y, según comprobaron, nunca se desplazó.

El Ministerio Público solicita para los encartados una pena de 19 años de cárcel en total por los delitos de estafa, falsedad en documento público, maltrato habitual y lesiones. Además de una elevada indemnización.

AMPLIACIÓN: «Aquello era una cárcel. Solo les daban de comer pan»

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