Nuevo delegado del Consorcio Estatal de la Zona Franca

Alfonso Pozuelo:«Algeciras y Cádiz tienen que estar comunicadas. Hay que reivindicarlo»

«Estamos aquí para desarrollar sin tener mentalidad de ganancia, dejando el presupuesto a cero, equilibrado»

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Algo ha cambiado en el Consorcio de la Zona Franca, el gran contenedor industrial y comercial de la Bahía de Cádiz, siempre en la pista de despegue. Ha cambiado el delegado, el máximo responsable de la institución, pero también el talante, la actitud. Sin experiencia en la dirección de administraciones ni en la representación política, consulta con la mirada, respetuoso, a sus asesoras cada vez que responde una pregunta en su recién estrenado despacho. Busca respaldo, consenso, en una muestra de aprecio a su equipo. «Una institución no es nada si un gran equipo técnico, si acepté este nombramiento fue porque me aseguraron que trabajaría con un magnífico equipo de funcionarios y técnicos».

Alfonso Pozuelo (Rute, Córdoba, 1962) es un gaditano conocido y reconocible pero que siempre ha estado en la segunda fila de la política institucional.

Abogado, funcionario de la Junta durante 25 años, miembro de la Junta Electoral de Zona «donde he aprendido muchísimo», afiliado al PP y ocasional representante en una empresa municipal de Cádiz, nunca había figurado en una candidatura ni en ninguna quiniela para cargo alguno pero ha pasado de cero a cien, de nombre familiar en la ciudad a representante de un organismo estatal llamado a reunir e impulsar empresas relacionadas con el comercio internacional y marítimo. Ha pasado a dirigir la mayor esperanza de Cádiz.

¿Esa falta de experiencia institucional es una ventaja o un inconveniente a la hora de dirigir una entidad como la Zona Franca?

La entiendo como una ventaja porque no traigo vicios adquiridos. Puede ser una pequeña ventaja y, sobre todo, un reto. Como cualquier otro representante político tengo al lado a un grupo de técnicos que impulsan su trabajo. Yo soy de equipos, provengo de equipos y siempre he trabajado así. El equipo es el que manda. El delegado es el responsable y cobra por eso. Uno de los motivos por los que acepté el cargo es porque sabía que en el Consorcio hay un magnífico equipo.

¿Hereda una gestión en marcha, con un rumbo, una inercia, al menos en expansión física?

La superficie se ha triplicado, casi cuadruplicado. Venimos de una expansión. Por usar un símil, nos hemos comprado un piso y ahora hay que amueblarlo para que venga alguien a vivir. Tampoco podemos crecer de una forma desorbitada porque no tiene sentido. Estamos en mitad de unos proyectos y con otros en estudio que seguirán desarrollándose, siempre según los criterios de los técnicos. La burocracia tiene unos tiempos. Todos queremos que el polo industrial esté hecho mañana pero tiene unos tiempos. En la administración, las cosas no salen con la prisas que nos gustaría a los ciudadanos.

¿Esos que deben venir a vivir son las empresas que toda la sociedad gaditana quiere atraer para crear empleo?

Tenemos que hacer atractiva la zona de Cádiz. Gracias a esta inercia que parece, parece [repite] que comienza a ser positiva puedan llegar empresas y empresarios. Este deseo es idílico, muy bonito, pero luego hay que llevarlo a la práctica. Tenemos que poner todos nuestros recursos para que la persona que quiera poner una carpintería, o un despacho, pueda ponerlo. Que tenga los medios. Que le vaya bien o regular es cuestión de la empresa. Hace unos días estuve en un centro del Consorcio en Algeciras con el 90% de ocupación, en la cafetería no se podía estar... Pues para eso trabajamos. Que luego a unas empresas les vaya mejor que a otras es algo en lo que no podemos estar. Estamos para desarrollar, sin tener mentalidad de ganancia, dejando el presupuesto equilibrado, a cero, eso es primordial, de cajón, de lógica doméstica.

¿Mantiene la intención de expandir la Zona Franca por la provincia, geográficamente, más allá de ampliar la superficie que tiene?

Mantengo la intención de potenciar y consolidar lo que hay que potenciar y consolidar, lo que merece la pena. Llevar un polo industrial a un sitio al que no va a ir nadie no tiene sentido. Pero en Algeciras, los contenedores rebosan por la valla del puerto. Pues habrá que hacer más cosas allí. Tiene que ser técnicamente rentable y aplicar a la administración un concepto de empresa privada.

El primer mensaje que ha transmitido tras llegar al cargo es que quiere recuperar el proyecto de la Plataforma Logística del Sur de Europa para convertir la provincia en lugar de paso primordial de mercancías internacionales ¿Eso cómo se hace?

Es un proyecto añadido a todos los que tiene Zona Franca. Es un plus. Tendremos que ir madurándolo. Lo primero que quiero hacer es recuperar la idea, ver qué se hizo hasta que se quedó parada, es una idea de Teófila Martínez. Habrá que ver dónde se quedó y qué se puede hacer. Lo primero es crear conciencia de que es obligado, es decir que por aquí pasa el 15% del tráfico de mercancías del mundo. Si conseguimos quitarle un poco del 80% que se llevan Hamburgo y Rotterdam, un poquito, habremos conseguido mucho. Pero no podemos traer aquí un camión con las carreteras y los trenes que tenemos. Si creamos conciencia de que la ‘y’ que forman Cádiz, Jerez y Algeciras es esencial, clave, si logro que cuando venga un ministro se le pregunte por ese proyecto, ya habremos avanzado algo. Hay que crear conciencia. La Zona Franca se creó en 1829, no duró ni dos años. Fue un desastre total pero creó conciencia. Eso hizo que cien años después se recuperase la Zona Franca. En los años 70, se decía en Cádiz, en la calle, que la ciudad entera debía ser puerto franco, se había creado conciencia. Somos fenicios, comerciantes. Si conseguimos extender esa idea, dentro de diez años, o de 25, esa idea de la ‘y’ estratégica cundirá. La suma de los barcos y las mercancías que pasan por los canales de Suez y Panamá son la cuarta parte de los que pasan por el Estrecho. Y el Estrecho es gratis, cuando en los otros hay que pagar. Si conseguimos que un contenedor que llegue aquí esté a las 24 horas en Roma, tenemos negocio. Habrá que crear conciencia en la gente. Si hace falta [bromea] haciendo servilletas o posavasos con un eslógan.

Para poner en pie ese proyecto son imprescindibles las infraestructuras: conexión ferroviaria Cádiz-Algeciras, tren de La Cabezuela, carreteras, autovías ¿Se plantea reivindicarlas al Gobierno, sea del color político que sea?

Algeciras y Cádiz tienen que estar comunicadas. Hay que reivindicarlo, entendiendo los hándicaps, los plazos y los parones que sean pero hay que reivindicarlo. A nivel de directores generales, de alcaldes... Lo que quieren los ciudadanos es eso, no quieren otra cosa.

¿Que proyecto tiene para el recinto exterior de la Zona Franca, que Teófila Martínez calificaba con frecuencia como chabolismo industrial?

Comparto totalmente esa calificación pero Zona Franca tiene poco margen de actuación. Es triste ver naves cerradas. No porque quiera el empresario, será porque el negocio no va por ese camino. Esas naves son cuestión de Ayuntamiento y de planeamiento urbanístico. Recuerdo que, en Nueva York, una zona industrial abandonada que vi se había convertido en un conjunto de lofts... Y no digo que se deban hacer viviendas, lo que sí digo es que tengamos imaginación para ver alternativas. Si Cádiz está destinada al sector turístico, ese espacio puede ser magnífico para varios proyectos. No vale ver una nave vacía y lamentarse. Tenemos que buscar una ocasión de negocio: comercios, viviendas, zonas de expansión... Pero ya digo que Zona Franca no tiene apenas suelo en esa zona. Aún así, creo conveniente abrir un debate.

Hablando de debates ¿Qué opina de la instalación de una clínica privada en parte de la antigua planta de Altadis a la que el Ayuntamiento ha puesto condiciones?

Todo el que venga a Cádiz, a la provincia, a crear riqueza y trabajo será bienvenido. Si los condicionantes no son sociales, si son económicos o técnicos, hay que solventarlos. Llámese clínica o pajarería. Si usted es emprendedor y quiere montar un negocio en el que cree, desde cualquier organismo tenemos que ponernos a su disposición. Con subvenciones, con modificaciones técnicas, con lo que sea. Hay que amparar el negocio siempre que no haya un impedimento social, es decir, que no vaya contra ninguna persona o colectivo, que no fastidie a nadie. Si tiene algún inconveniente económico, será en perjuicio del empresario. La semana que viene tenemos una reunión con el Ayuntamiento para desbloquear una situación que no tiene sentido que esté bloqueada. Si hay algún tipo de inconveniente técnico, se solventa.

Tras esta polémica ¿Qué tipo de relación espera tener con el Ayuntamiento de Cádiz?

Muy buena. La primera llamada que hice tras el nombramiento fue al alcalde, que es el presidente. Me puse a su disposición y él a la mía. Somos gaditanos los dos. Cádiz no lo gobierna un sólo partido, hay otro, aunque cercano, al que pertenece el delegado de Urbanismo. El señor Martín Vila es el que parece que va a ir a esa reunión sobre la clínica de Altadis y lamento que su criterio no lo comparta con el alcalde. Creo que el alcalde está por la labor de ese proyecto y esperemos que el señor Vila entre en razón. Por el bien de la ciudad y de los servicios de los ciudadanos, no del empresario.

¿Qué trato espera de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz?

Es una de las llamadas que me quedan pendientes pero sé que su presidente, José Luis Blanco, es una persona de carácter dialogante y abierto. Lo ha demostrado en el tiempo que lleva en el cargo. No queda otra opción que ofrecer toda nuestra colaboración.

Aunque sea un proyecto ajeno a la Zona Franca, como gaditano ¿qué opinión tiene de tirar la verja del muelle y abrir el puerto a la ciudad?

Esa verja tenía que haberse quitado hace muchísimo tiempo. No tiene sentido. Puede que hubiera condicionantes legales pero hay que resolverlos. Sólo hay que ver Barcelona, Málaga... Hay que remover todos los obstáculos posibles y creo que José Luis Blanco está por la labor. No tiene sentido ver la Puerta del Mar y tener que salir por Comes.

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