VARIEDAD. Las fachadas están llenas de carteles. / O. C.
ANTONIO ARCAS DIRECTOR DEL OBSERVATORIO TURÍSTICO DE LA PROVINCIA

«La especulación es la amenaza para el turismo»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Antonio Arcas defiende, como profesor de la asignatura Estructuras Turísticas en la Universidad de Cádiz y como director del Observatorio Turístico de la provincia, que la mejor manera de sentar las bases de un turismo que sustente buena parte de la economía gaditana, es trabajar por la calidad en el sector.

-¿Cómo definiría al turismo que acude a los pisos de alquiler?

-El turismo residencial, al que yo no denominaría como tal sino como habitantes de segunda residencia, lo calificaría de «veraneantes», como se le ha llamado popularmente. Estos veraneantes se comportan de una forma muy diferente a los turistas que buscan restaurantes, un entorno medioambiental cuidado, y que, además, disponen de un poder adquisitivo más elevado que los otros.

-¿Cómo cree que puede afectar a corto plazo el arrendamiento de viviendas sin declarar?

-En principio, supone un coste fiscal, ya que no se declaran, no hay facturas. Esto genera una economía sumergida que no beneficia al sector turístico. Además, estas ofertas no regladas distorsionan el mercado, ya que no hay control de la oferta, y por tanto no existe verificación de la calidad de la misma.

-¿Y a medio plazo?

-Puede ocurrir que, aunque crezca la demanda, porque cada vez hay más gente que «tiene que veranear», puede que estos turistas no se fidelicen. Y es mucho más importante fidelizar que traer a gente nueva cada año que se va descontenta con la calidad de los servicios. Ahora mismo tenemos en Cádiz un alto grado de fidelización, pero estos veraneantes fieles acaban adquiriendo su segunda vivienda aquí.

-¿Cuál es el principal problema que le encuentra al alquiler de viviendas como forma de turismo?

-El mayor inconveniente es que no preocupa la calidad de la oferta y esto acabará creando insatisfacción. Habría que regular toda esta oferta turística, ya que no supone generación de empleo y sí mucha competencia ilícita.

-¿Cómo cree que puede cambiar esta situación?

-El mercado lo ajusta todo. Si acaban cobrando más de lo que ofrecen, el cliente se irá a otro lado. En los años 80 pasó algo así con la subida de las viviendas en Vistahermosa, cuando la gente dejó de venir, por un tiempo, hasta que el precio se ajustó.

-¿Qué le preocupa más?

-La intención especulativa. Hay que crear empresas y dar servicios. Tenemos que seguir viviendo de esto dentro de los próximos treinta años.