Venta ilegal

Los ‘pepinos de mar’, ¿un timo?

Estos ejemplares van destinados a una red de venta ilegal en el mercado asiático, aunque la especie que se cría en Cádiz no es la que se está demandando

Cádiz Actualizado: Guardar
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El supuesto negocio de las holoturias, conocidos popularmente como ‘pepinos o carajos de mar’, parece que puede tener más aspectos ilícitos que el simple hecho de su captura. Aunque hasta ahora, la Policía Local solo ha alertado del incremento de incautaciones, que ha superado la tonelada desde el pasado mes de mayo, la realidad es que hay muchas dudas sobre el destino de estos equinodermos. En principio, fuentes policiales aseguran que estos ejemplares son destinados a la venta ilegal en el mercado negro, ya que se trata de un producto muy demandado por la cocina asiática y también muy cotizado. De ahí, el dispositivo de control y vigilancia sobre los mismos, que implica no solo a la Policía Local sino también al Seprona de la Guardia Civil y la Inspección Pesquera.

Sin embargo, esta versión tiene muchas contradicciones. Una de las primeras personas en ahondar en la posible comercialización de los ‘pepinos de mar’ fue precisamente Antonio de María Ceballos, actual presidente de la Patronal de hosteleros gaditanos (Horeca). Él mismo se encargó de mandar varios de estos ejemplares a una empresa especializada de Hong Kong (China) con el fin de conocer sus propiedades culinarias y establecer relaciones comerciales.

«Físicamente se parece mucho a la otra especie que se captura en el Mediterráneo, más esponjosa y más blanda»
Antonio de María Ceballos

Sin embargo, la conclusión de los expertos fue determinante. Según De María, los especialistas del país asiático aseguraron que la especie que se cría en la costa gaditana no era apta para la cocina. «Según nos comentaron, físicamente se parece mucho a otras especies que sí se utilizan para ese fin, como es el caso de las holoturias que se capturan en la zona del Mediterráneo, más esponjosas y más blandas para su consumo. Las que nosotros mandamos eran demasiado duras», añadió el hostelero.

Esta misma versión también es apoyada por Santiago Lo, el que fuera uno de los responsables de la segunda empresa importadora de descartes de pescado en Hong Kong. De origen asiático y afincado en Chiclana desde su jubilación, Lo asegura que su empresa nunca ha comercializado las holoturias procedentes de la costa gaditana, ya que no se ha comprobado que éstas sean las especies demandadas por el mercado asiático. «Compramos estos ejemplares en casi todas las zonas de costa y en casi todos los países, ya que son bastante demandados en Asia, pero no al precio que se está comentando. África, la zona del Caribe y Sudamérica en general son los que más aportan», agregó el empresario.

En primer lugar, el experto asiático aseguró que antes de comprar estos ejemplares, su empresa necesita garantías de su procedencia y, en segundo lugar, aquellos ‘pepinos de mar’ que se compran, deben llegar tratados. «No se compran tal y como se extraen del mar. Hay que tratarlos al menos de forma sencilla y ya después en Hong Kong vuelven a tratarse mediante un proceso de secado y deshidratación más complejo», apuntó.

Asimismo, Santiago Lo también difiere en el precio que supuestamente adquieren este tipo de equinodermos en el mercado. «No es cierto que superen los 50 euros. Es una especie que se encuentra en todos lados y que es muy numerosa, por lo que una vez que el producto está listo para cocinar, podemos hablar de que se paga a unos seis u ocho dólares el kilo, las de mejor calidad. Otras no superan los dos dólares», agregó. Para entender la cotización de este tipo de productos, el empresario pone como ejemplo la comercialización de las aletas de tiburón, una de las principales demandas del mercado asiático. «Estamos hablando de que un kilo de aletas se cotiza a 50 o 60 dólares el kilo. Y para obtener un kilo de aletas hay que matar a uno o dos tiburones de gran tamaño. De manera que no es razonable que las holoturias, que nacen en todas las costas se coticen al mismo precio», explica.

«No es cierto que superen los 50 euros. El producto listo para cocinar, podemos hablar de que está en ocho dólares el kilo»
Santiago Lo

Por lo tanto, la incógnita por resolver es quién compra estos ejemplares a sabiendas de que no cuentan con garantías para su comercialización. La Policía aún no tiene constancia de la identidad los compradores, ya que hasta ahora todas las denuncias han ido dirigidas a quienes las capturan, incumpliendo la ley Andaluza de Pesca que excluye la extracción de esta especie. Antonio de María está convencido de que «se está vendiendo gato por liebre, como se dice coloquialmente y como se trata de una red de venta ilegal, cuando el producto llega a su destino ya se ha perdido la pista del que lo proporcionó».

La realidad es que, mientras tanto, los agentes de la Policía Local se mantienen firmes en el cumplimiento de esta normativa. De hecho, incluso hay un acuerdo con las embarcaciones del Club Caleta para trasladar los ejemplares capturados hasta alta mar para volver a depositarlos en su hábitat, ya que su ausencia tendría también graves consecuencias sobre la fauna de la zona. Hasta el momento, la Junta de Andalucía, que es la administración competente en la materia, ya ha tramitado un total de 23 expedientes sancionadores en lo que va de año, una cifra que va creciendo año tras año ante una práctica cada vez más habitual.

También está en el aire una posible legalización de su extracción, como ya ha ocurrido en otras comunidades autónomas como Galicia, aunque la administración andaluza no ha dado pasos en esta dirección.

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