UNA GADITANA EN PARíS

«Paso por el mismo lugar del atentado todas las semanas»

Leticia Ferrari trabaja en París y vive en el distrito 10, donde los terroristas sembraron el pánico en la noche del viernes

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«Cuando vi dónde se ha producido la matanza me quedé helada, paso por ahí todas las semanas para tomar algo». A la gaditana Leticia Ferrari aún le duraba el susto ayer cuando atendía por teléfono a LAVOZ para narrar cómo vivió los atentados de París. No era para menos su inquietud ya que, además de pasar por la zona con frecuencia, vive en el distrito 10, donde se produjeron los ataques. «Ahora (por ayer) estoy todo el rato pendiente de la tele, aquí todo el mundo está igual, viendo los informativos desde la noche del viernes y atendiendo a las recomendaciones de seguridad», explicó.

Ferrari se enteró de los atentados en plena calle. «Estábamos un amigo y yo andando por la calle y yo escuchaba mucho ‘ha sido en el diez, ha sido en el diez’; además, me llamó la atención que todo el mundo estaba mirando el móvil...

entonces, la hermana de mi amigo le llamó por teléfono y le contó lo que había pasado: en ese momento entendimos por qué llevábamos un buen rato escuchando sirenas de la policía y de ambulancias», relata esta joven periodista que, gracias a un servicio que habilitó ‘Facebook’, pudo avisar a su familia de que se encontraba bien. «Estaban muy nerviosos y con razón, hace unas semanas me robaron el móvil y no tenía manera de decirles que no me había pasado nada... me he pasado media noche respondiendo mensajes en el Facebook», explica.

Ferrari cuenta cómo, en París, se produjo un punto de inflexión tras el ataque a Charlie Hebdo. «Desde ese atentado ves a militares por todas partes, en especial por las estaciones de tren y metro, con metralletas algo que, francamente, te hace pensar que va a pasar algo; eso sí, la gente aquí lo valora», detalla. Se da la circunstancia de que el amigo que acompañaba a la joven gaditana es musulmán «y en cuanto se enteró de la noticia empezó a lamentar que se relacionara al Islam con esta masacre; él y los musulmanes consideran que estas acciones sólo se le puede atribuir a un loco, nunca a quien profesa una fe». En ese mismo sentido, recalca la profunda multiculturalidad de Francia y en especial de París. «Es imposible culpar a todos los musulmanes porque París es una ciudad en la que, precisamente, destaca la gran cantidad de extranjeros que hay (empezando por mí) y cómo se integran; vas por el metro y ves asiáticos, negros, magrebíes... y nadie es extraño».

Ferrari reconoce sin ambages que la sensación que tiene ahora mismo, compartida por el resto de la comunidad parisina, es de miedo. «Nos llegan muchos mensajes y pocos buenos; la alcaldesa, por ejemplo, indicó que se evitara salir a la calle; mis jefes me dijeron que me quedara en casa, lees que puede haber bombas colocadas por la ciudad, que pueden volver a repetirse los tiroteos...» desgrana mientras, de fondo, se oye un informativo en francés.

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