TRIBUNALES

Padres declaran haber sospechado del exdirector de Salesianos

Otro de los familiares, en cambio, asegura ante el tribunal que su hijo dice que el religioso «no le tocó» más allá de «los cates jugando»

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Algunos de los padres de los menores de los que supuestamente abusó el exdirector de Salesianos en Cádiz F.J.L.L. han declarado este jueves que su relación con los niños les provocó sospechas y prohibieron a sus hijos ir al despacho, y en algún caso incluso ir a jugar al colegio por las tardes.

Según ha relatado una de las madres ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz, sus sospechas se iniciaron cuando un viernes acudió al centro a buscar a su hijo porque había ido a jugar al fútbol y tardaba mucho.

Ha manifestado que eran las 22.30 ó las 23 horas y no lo encontró en las instalaciones deportivas, localizándolo finalmente cuando bajaba con sus compañeros de unas escaleras «con todo el colegio ya oscuro».

Su hijo le explicó que venían del despacho del director, con quien habían estado «hablando» y «tomando zumo».

Al prohibirle que volviera a hacerlo, el niño mostró su malestar y le dijo: «Si tú me das una razón para que no sea mi amigo, yo no voy», ha comentado. A partir de ese momento la madre comenzó a «hacer preguntas» sobre el director, explicándole personal del centro que «los niños estaban encantados con él», siendo más distante con padres y profesores. Según esta testigo, su hijo en aquel momento tenía once años y no veía nada raro en la relación con el director, si bien han pasado tres años, en los que ha «crecido mucho» y «sorprende cómo él ha cambiado su opinión» sobre lo ocurrido.

«Las niñas no iban, sólo niños»

Otra madre ha relatado que, antes de que los hechos salieran a la luz pública, supo que los niños «iban y venían» al despacho del director, donde «veían vídeos, incluso los grababan» y algunas veces a los menores «se les escapaba algo de sardinetas». Además, al ser preguntados, decían que «las niñas no iban. Sólo niños». Le dijo a su hijo que eso «no le gustaba nada» y el niño se disgustó diciéndole que se iba a quedar «aislado». A preguntas de la acusación, esta testigo ha dicho que ese año le llamó la atención que su hijo tenía «más cardenales de lo normal», aunque el menor siempre lo achacaba a que se lo hacía jugando al fútbol, ya que «iba mucho por las tardes» a jugar, cosa que también le prohibió.

Tras asegurar que no supo hasta que se interpuso la denuncia que dio pie al procedimiento que «sacaban de clase» a los niños para ir al despacho, ha incidido en que ella le había prohibido a su hijo ir en cualquier otro momento porque «a los niños no se les mira. No se les toca».

A preguntas del abogado de la defensa, una de las madres ha dicho que la actitud del director no le gustaba, pero no tenía «pruebas», ya que «si las hubiera tenido habría ido a la Comisaría».

Otro de los padres que han declarado este jueves ha dicho que no notó ningún cambio en su hijo, si bien ha criticado que «el niño saliera de clase por las buenas y que los profesores lo consintieran». Ha apuntado que supo de todo esto después de la denuncia y que cuando comentó el asunto con su hijo éste mantiene que el acusado «no le tocó», más allá de los «cates jugando».

Más testimonios, el lunes

El juicio se retomará el próximo lunes con el testimonio de más menores y de sus padres. La sesión del martes está reservada para más alumnos, algunos de los cuales han cumplido ya la mayoría de edad, y para un agente de Policía que participó en la instrucción. El miércoles será el turno de profesores y personal del centro, así como de un perito propuesto por la defensa. Las partes presentarán sus informes finales el jueves, cuando el juicio quedará visto para sentencia.

Cabe recordar que la Fiscalía pide 38 años de cárcel para el exdirector del centro educativo por presuntos delitos de abusos sexuales y faltas continuadas de lesiones entre 2012 y 2013. La Junta de Andalucía ejerce la acusación particular en representación de un menor tutelado que supuestamente sufrió un delito de abuso sexual continuado, solicitando por ello dos años de prisión. La defensa, por su parte, niega todos los hechos y solicita la libre absolución.

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