«Nos daba cates pero de broma siempre, no fuertes»

Una de las supuestas víctimas del exdirector del colegio Salesianos de Cádiz negó este miércoles ante el tribunal que el sacerdote cometiera abusos o agresiones. El joven, que ahora tiene 18 años y cuya declaración ha podido ser en audiencia pública, explicó su versión de los hechos en la Sección Tercera ante las preguntas de las partes. Según este exalumno del centro, subía al despacho del director «frecuentemente» aunque lo hacía «cuando quería» y no por los créditos que supuestamente daba el docente para librarles de las clases y los exámenes.

«Allí no había ningún problema. Jugábamos», contó. «Nos daba cates pero en plan broma, no nos daba fuerte». «Cambiaba Lengua por cates, pero de broma», afirmó. A preguntas sobre si vio si a otros alumnos López Luna llegó a pegarles o a abusar de ellos, el joven lo negó.

«Nunca vi al director hacer eso». Además desmintió en sala que en su presencia tirara a alguien al suelo para darle patadas.

Lo que sí reconoció es que «alguna vez» recibió dinero, bien porque se lo pedía él mismo como por ejemplo para poder ir a una fiesta o porque salía del propio López Luna. Según relató, llegó a apostar con el sacerdote que era capaz de tirarlo. Sin embargo, no recordó si el exdirector le daba dinero a otros a cambio de darle estos cates.

Sobre las supuestas prácticas sexuales, el testigo aseguró que no conocía en qué consistía el ‘gold fish’. «A mí no me ha agarrado nadie las partes», contestó cuando se le explicó en que se basaba este ‘juego’.

No hubo 'striptease'

Durante su declaración, el joven recordó un episodio en particular cuando estaban en teatro con dos compañeros más y el exdirector. «Tenía que montar un micro, me puse a bailar de broma y me quité la camiseta». Según matizó a preguntas del abogado de López Luna, justo en ese momento el profesor se encontraba fuera atendiendo una llamada de teléfono y cuando volvió le dijo que se vistiera. Esta versión contradice la dada por otro de los menores que, según se relató durante la vista, ha asegurado en el juicio que el exdirector no sólo permaneció sino que se sentó y se puso a verlo «con cara de deleite». Dicha revelación fue desmentida tajantemente por el protagonista de esta historia.

Tras saltar el caso a la luz pública, este joven se pronunció a favor del exsacerdote. Le envió varios whatsapp en los que le decía: «Eres grandísimo», «eres la persona más maravillosa que he conocido» o «espero que toda esta mierda acabe pronto», entre otros. Además también se pronunció en este mismo sentido a través de redes sociales. «Creo que lo han querido perjudicar queriendo», concluyó su declaración.

El testimonio de este exalumno y supuesta víctima ha sido uno de los otros diez que se han dado en la cuarta sesión del juicio que se sigue contra el exdirector de Salesianos. Otros padres sí relataron que sus hijos tenían «moratones», que se los habían hecho en el despacho y que no conocieron con detalle los hechos hasta que el caso terminó en Comisaría tras la primera denuncia. Así lo contaba uno de estos padres, cuyo hijo continúa en el centro. Según explicó, se enteró en el Juzgado de Instrucción aunque previamente la madre sí le había visto a su hijo «unos moratones». Cuando le preguntó cómo se los había hecho, éste le dijo «jugando de broma» con sus amigos y el director en el despacho. «No volvió a ir más».

Algo más extensa fue la declaración de otro de los padres de una supuesta víctima cuyo hijo no sigue en el colegio. Según explicó a la sala, los hechos provocaron que este niño dejara de ir al colegio, a lo que se sigue negando. «No ha terminado Secundaria pero creo ya imposible que lo haga» a pesar de que, como explicó, el menor ha acudido al psicólogo. Desde el colegio, precisó, también se intentó que los niños involucrados no perdieran ritmo académico «pasando la mano».

150 faltas de asistencia

Sobre si en su casa eran conscientes de lo que ocurría, el declarante explicó que sabía que su hijo acudía al despacho de Don Javier pero que no le parecía «algo negativo». Y así, según matizó la defensa lo defendió en instrucción ya que declaró que le daban cates pero que era en plan de amigos, que no lo veía como agresión, una versión que aclaraba ayer en sala: «Bueno entre colegas se entiende como amistad pero si hablamos de adultos ya tiene otra connotación...».

En este punto la defensa de López Luna, Manuel Montaño, insistió que el menor no tuvo los problemas académicos a raiz de los hechos sino que ya los arrastraba de antes puesto que, como reveló, este alumno en concreto tenía 150 faltas de asistencia a clase por lo que, según afirmó supuestamente la madre en el juzgado, hablaron con el director para que le «enderezaran» y durante la graduación de un hermano mayor «le dieron las gracias por la dedicación que había tenido con ellos». Incluso, según la defensa, el menor promocionó por Twitter dos hashtag en apoyo al sacerdote cuando estalló el caso: #todosconJavier #DonJavierinocente.

Otro de los padres aseguraba ante el tribunal que el exdirector no había actuado con su hijo como se le acusa. «Me dijo que todo era en plan de broma y que eran ellos los que lo buscaban». Además explicó que cuando acudió a una de las tutorías sí le explicaron que cuando su hijo -problemático con los estudios- se portaba mal en clase le llevaban al despacho.

Pacto de silencio

Por último, una madre contaba que su hijo lo ha pasado «muy mal» por tener que declarar durante toda la instrucción del caso. Relató que llegó a casa con moratones pero que guardó silencio al preguntarle que cómo se lo había hecho. Según dijo, «no quería delatar a sus amigos» debido a un «pacto de silencio» que por lo visto habían instaurado.

Las declaraciones de las presuntas víctimas y sus progenitores continuarán este jueves. Cabe recordar que la Fiscalía pide 38 años de prisión para López Luna por presuntos delitos de abusos sexuales y faltas continuadas de lesiones entre los cursos 2011 a 2013.

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