Lunes Santo roto en Cádiz por la ausencia de Vera-Cruz

El Lunes Santo, una de las jornadas más interesantes y completas de la Semana Santa gaditana con cuatro hermandades, ocho pasos y ocho bandas, se vio truncada en parte.

La tarde empezó con sol aunque con dudas en las hermandades. Las tres cofradías 'de bulla', Palma, Prendimiento y Nazareno del Amor salieron a la calle a pesar de que las previsiones meteorológicas anunciaban riesgo de lluvia a partir de las diez de la noche. Tanto La Palma como Nazareno del Amor y Prendimiento optaban por recortar su recorrido y volver a sus respectivos templos por el camino más corto. El Amor no pasaría por Ancha y tomaría hacia la calle Valverde y Beato Diego para regresar a la iglesia conventual de San Francico.

La decana de las hermandades de Cádiz, que este año cumple 450 años, la Vera-Cruz se quedó en su templo, por decisión de su junta de gobierno, debido a los malos augurios climatológicos. Un acto penitencial realizado en el interior de la iglesia de San Francisco sustituyó a la anual estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral de esta hermandad.

La Palma

El barrio de La Viña se vistió de gala para recibir a su Archicofradía. A falta de diez minutos para las cuatro de la tarde, se puso en marcha la dorada cruz de guía de la hermandad, tras las preces de rigor que pronunció el Rvdo. Padre D. Juan Enrique Sánchez Moreno, Delegado Diocesano para las Hermandades y Cofradías. Unos 280 hermanos penitentes iniciaron su camino con hábitos azules de «Misericordia» y blanco de pureza que tiñeron las calles de Cádiz de sabor a cofradía «de barrio» pura.

El Cristo, tendido sobre el monte de claveles rojo que adornaban su paso, cruzaba el dintel del coqueto templo viñero casi rozando en él con sus doradas potencias a la vez que sonaba la Marcha Real. El portentoso paso, obra del tallista sevillano ya desaparecido Antonio Martín, estrenaba nueva fase en su dorado y maravillosas cartelas realizadas por la escultora hispalense Lourdes Hernández. El Cristo poco a poco se puso en posición vertical gracias al mecanismo interno que posee las andas del Señor a la vez que sonaba la Marcha Real.

Una vez realizada la dificultosa maniobra de salida, los hermanos Martín mandaban levantar por igual el paso del Señor a su cuadrilla de hermanos cargadores que al son de las marchas Misericordia para tu Barrio y Guadalquivir, interpretadas por la banda de la Vera-Cruz de Utrera, recorrió la calle de La palma hasta la confluencia con la calle Virgen de las Penas, titular mariana de esta Cofradía.

A continuación sería el turno de la Señora, que a ruedas y con los respiraderos a ras de suelo, hizo su salida de la Iglesia. Poco después, Ramón Velázquez, capataz del paso de palio, que iba exornado con claveles blancos y flores de azahar, con su característica orden de «arriba», mandó a sus cargadores que levantaran el paso por igual para poder ponerle las patas en su posición habitual.

El magnífico palio, obra del genio bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda, relucía con el sol de la tarde, meciéndose elegantemente al ritmo de las marchas Virgen de las Penas y Danos la Paz que interpretó acertadamente la banda de la Soledad de Cantillana. Los vecinos entregados a su Virgen le aplaudían y piropeaban, sin apenas dar tregua hasta que el palio se perdió camino del centro de la ciudad.

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Prendimiento

Una hora después que la Cofradía de la Viña, y a pesar del riesgo de lluvia que se preveía para las diez u once de la noche, se puso en marcha en el interior de la Iglesia del Carmen y Santa Teresa, la Hermandad del Prendimiento para realizar su anual estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral. Las secciones del Cristo, que visten túnica y capa blancas además de antifaz de terciopelo morado con cíngulo del mismo color, salían pausadamente del templo carmelitano.

El paso de misterio que estrenaba este año una nueva fase de la carpintería de su canasto realizado por Manuel Castillo González en Puerto Real, se asomó al incomparable marco de la Alameda entre los aplausos del público asistente y con los sones de la Marcha Real interpretada por la agrupación musical Sagrada Cena de Cádiz.

El precioso exorno floral del paso del Cristo está compuesto por rosas rojas y siemprevivas de color morado. La cuadrilla, dirigida por Francisco Baena, condujo el paso de misterio meciéndose alegremente a los sones de las marchas Prendido en Getsemaní y Prendimiento de Jesús hasta adentrarse en el barrio del Mentidero.

Tras la salida de las secciones de Virgen, que estrenaban antifaces nuevos de característico terciopelo color turquesa, salía a la calle el palio de la Señora del Patrocinio. Su bello exorno floral se compone de rosas blancas y fresias de igual tonalidad, muy bien dispuestas en el paso por el joven hermano de esta Cofradía Daniel González.

La consolidada cuadrilla de Francisco García Palos portó la Virgen de manera airosa acompañada por las marchas Victoria del Patrocinio Gaditana cuando el palio estaba saliendo, a la que le siguió María Santísima del Patrocinio interpretadas por la banda Filarmónica de Conil, que fue muy aplaudida por el público cong

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Nazareno del Amor

El Lunes Santo se funden en Cádiz miles de emociones y sentimientos. La Plaza de San Francisco cobraba ayer un especial protagonismo. A las cinco de la tarde salía la hermandad del Nazareno del Amor y la Virgen de la Esperanza.

Una hora antes empezaban a llegar los penitentes para formarse las secciones como es tradicional en el interior de la iglesia. En el patio del convento se encontraban los cargadores apurando los últimos instantes antes de empezar la salida procesional. La hermandad del Amor mejora con los años. En esta Semana Santa presentaba importantes novedades como la restauración de la Virgen de la Esperanza realizada por Luis González Rey y la restauración del paso de misterio que ha ganado en altura, por lo que el Nazareno Blanco salía a ruedas de su templo.

A la hora prevista se abrían las puertas para que saliera la cruz de guía. En la plaza, la expectación de siempre y los naranjos en flor que confirmaban que en efecto había entrado ya la primavera. Tras las secciones del Cristo y el cuerpo de acólitos se preparaba todo para la salida del paso de misterio que estrenaba nuevas esquinas con cartelas de González Rey y en el frontal un pelícano, símbolo del amor, también obra del imaginero gaditano y hermano de la cofradía. La primera levantá la ordenó el vicehermano mayor y después el Cristo avanzó hacia la calle San Francisco con la marcha Nazareno del Amor y más tarde María de la Esperanza interpretadas por la Agrupación Musical Polillas.

Tras el Cristo va la espléndida Virgen de la Esperanza. Suena el himno de España. Ya está fuera. Este año la junta de gobierno decidía que la primera levantá la diera un histórico de esta hermandad, Eduardo Domenech. Después de 64 años saliendo ininterrumpidamente, este Lunes Santo Domenech no hará la estación de penitencia porque su edad no se lo permite pero no podía faltar a la salida y la vive con enorme emoción. Eduardo Domenech fue uno de los fundadores de la cofradía. «Yo esto no me lo esperaba. Les agradezco mucho lo que hacéis porque sois los pies de la Virgen de la Esperanza. Para mí es un sentimiento muy grande. Muchas gracias y que Dios os bendiga», decía a la cuadrilla antes de golpear el martillo. Después de eso, el palio comenzaba su camino hacia la Catedral con la marcha Esperanza Franciscana de la banda de música Villa de Guillena.

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Vera- Cruz

La incertidumbre invadía San Francisco a solo unos minutos de la hora de salida prevista. La junta de gobierno de la hermandad se reunía y estudiaba los partes. Habían anunciado agua para las diez de la noche. Los pronósticos no eran buenos. En la iglesia conventual crecía el nerviosismo. Todos estaban preparados, los penitentes con sus cirios, los cargadores listos junto a los pasos... pero la reunión de la junta se demoraba en exceso y eso no era buena señal. En el exterior la Plaza de San Francisco estaba llena de personas que se habían acercado para ver esta salida con dos de los mejores pasos e imágenes de esta Semana Mayor. Faltaban quince minutos para las ocho de la tarde cuando el hermano mayor de la corporación, Miguel Ángel Morgado, acompañado por los demás miembros de la junta de gobierno, subía al altar del templo franciscano para comunicar la decisión que habían tomado. «No vamos a salir. Tenemos que cuidar este patrimonio. Lo que más nos cuesta es tomar una decisión así pero es lo más correcto. Con vuestro amor engrandecéis a la cofradía. El 6 de agosto acompañaremos a nuestro Titular en esa salida extraordinaria», comentaba Morgado a los hermanos. La cofradía decana de Cádiz celebra sus 450 años y uno de los actos previstos es una procesión de alabanzas para el mes de agosto. Esta importante efeméride además ha sido reconocida con la concesión por parte del papa Francisco del Año Jubilar, algo que nunca había sucedido en la ciudad.

Tras ese anuncio comenzó un acto penitencial que vino precedido por las incontrolables muestras de desconsuelo de muchos de los hermanos. Penitentes y cargadores se mostraban muy afectados por no poder realizar la esperada estación de penitencia pero a la vez comprendían que no se podía poner en riesgo el enorme patrimonio de esta cofradía. Después de un año de preparativos e ilusiones ese esperado momento se había quebrado.

Los cargadores se abrazaban mientras que un veterano, el capataz del Cristo, Benito Jódar, intentaba darles ánimos. Jódar comentaba cómo se sentía. «He vivido varios momentos, unos cuantos años como este y bueno la verdad es que es duro pero la decisión es la mejora la más acertada. Siempre que hay riesgo de lluvia es mejor quedarse dentro». El capataz aseguraba a su vez que «lo que decida la junta de gobierno es una decisión soberana y hay que respetarla». El mismo insistía que «esto se consigue a base de mucho trabajo de mucho esfuerzo. Aquí no hay mecenas ni nada. Esto es muy triste sobre todo por la gente joven que son los que lo llevan peor porque los veteranos ya somos más maduros y ya la experiencia nos hace verlo de otra forma». El capataz del Cristo de la Vera-Cruz comentaba además la particularidad de estos meses en los que se celebra la Semana Santa. «Es una fecha muy arriegada la primavera no hay nada claro, marzo o abril son fechas malas muy variables y es normal que pasen estas cosas. Aunque nosotros estuvimos veinticinco años saliendo de forma ininterrumpida pero en los últimos tiempos no ha podido ser así».

Pese al dolor por no poder hacer estación de penitencia en la Catedral, el consuelo de todos era esa salida extraordinaria del mes de agosto. En este sentido Jódar comentaba que «son cosas que pasan. Si esto es así es por algo. Es muy triste pero tenemos que pensar que nos queda ese momento en verano que será muy especial».

Tras el acto penitencial la hermandad abriría las puertas para que los gaditanos que estaban fuera pudieran contemplar a los titulares.

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