Un centro de investigación en la Casa de Iberoamérica

Más de 1.800 personas participaron ayer en la III Noche Europea de los Investigadores de la Universidad de Cádiz y disfrutaron de las 30 actividades programadas entre microencuentros, talleres científicos para niños, espacios recreativos y catas. Un conjunto de acciones de divulgación científica que, localizadas en la Casa de Iberoamérica de Cádiz, han contado con más de un centenar de científicos y 90 voluntarios de la UCA, cuya labor se ha volcado en el objetivo de acercar la ciencia a la sociedad, especialmente, a los más pequeños.

Para ello, la Universidad de Cádiz ha venido trabajando durante los últimos meses en la organización de una iniciativa que se desarrolla simultáneamente en más de 350 ciudades europeas y que se coordina en Andalucía a través de la Fundación Descubre de la Consejería de Economía y Conocimiento de la Junta.

El rector de la UCA, Eduardo González Mazo, agradeció el trabajo de organizadores, investigadores, voluntarios y entidades colaboradoras, y recordó a los asistentes que «la ciencia nos rodea, forma parte de nuestra vida, mejora nuestra existencia y bienestar cotidiano. Tiene aplicaciones maravillosas, aunque no seamos conscientes de ello». Así, señaló que «el formidable edificio de la Casa de Iberoamérica es un ejemplo. Detrás de cada sillar, de cada fuste, de cada arquería, está el conocimiento científico». Según dijo, «vivimos totalmente rodeados de ciencia. Somos ciencia. La composición de nuestro cuerpo, el funcionamiento de nuestros organismos, la actividad de nuestro cerebro es pura ciencia». Por eso, concluyó que «debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para poner el conocimiento científico que se genera en los grupos de investigación de la Universidad de Cádiz a disposición de la ciudadanía».

Para el delegado territorial de Educación de la Junta, Juan Luis Belizón, «la ciencia es esencial para la transformación de la sociedad y de un sistema productivo basado en la innovación y el conocimiento para, así, aprovechar todas las oportunidades de desarrollo». Una afirmación que concuerda con la expresada por el jefe de gabinete de Alcaldía del Ayuntamiento de Cádiz, José Vicente Barcia, para quien la «ciencia es clave en nuestra capacidad para seguir adelante porque –ha subrayado- de esta crisis no salimos sin ciencia y sin educación ya que son herramientas básicas para habilitar y rehabilitar el planeta».

Finalizadas las intervenciones, fue el momento de dar paso al programa de la Noche de los investigadores, que contó con una treintena de actividades –15 talleres, ocho microencuentros, cuatro catas, una exposición y dos zonas recreativas– de enorme diversidad temática y cuyo desarrollo ha sido posible gracias a la colaboración y el compromiso con la divulgación científica de los investigadores y voluntarios de la UCA.

Los talleres han permitido que los más pequeños aprendan a hacer magia potásica, a conocer diferentes aspectos del trabajo de un científico, a rescatar tesoros escondidos bajo el mar, a salvar delfines varados en la playa, a reciclar correctamente, a hacer experimentos con frío, a identificar la fauna y flora de la provincia, a saber qué alimentos son más sanos o a descubrir qué son exactamente los sedimentos, cómo se forman cristales decorativos o cuáles son las diversas escalas de la materia.

Mientras los más pequeños descubrían la ciencia de forma amena y divertida, los adultos han tenido ocasión de participar en una serie de microencuentros y catas, como la elaboración de la salsa garum y la mousse de algas de estero. También pudieron conocer las propiedades saludables de productos agroalimentarios y otros usos de la uva y el vino. Los microencuentros han repasado temas como nuestra historia en la cerámica, los naufragios marinos en las cosas de Cádiz, las marismas y su relación con el cambio climático, la hipertensión arterial, el dolor, el aprovechamiento de residuos para elaborar nuevos productos, los volcanes, el tema de los raros y marginados, el acueducto romano de Gades o los volcanes.