CÁDIZ

Los ayuntamientos gaditanos continúan con lo tradicional

Casarse en zona de dominio público implica a tres administraciones competentes

belén mata
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Si bien los organizadores de bodas permanecen a la espera de que algunos ayuntamientos de la provincia de Cádiz, como el de Vejer o Chiclana se pronuncien al respecto, desde el Consistorio vejeriego aseguran que «hay tres administraciones implicadas como son la Demarcación de Costas, la Delegación de Medio Ambiente de la Junta y el propio Ayuntamiento». Entonces «al tratarse de una celebración en zona de dominio público y servidumbre, tiene que dar la autorización la delegación del Gobierno Andaluz». En este sentido, todo apunta que la última reforma de la Ley de Costas deja en las manos de las administraciones locales la concesión de los permisos. Ni la ley ni el reglamento que la desarrolla recogen expresamente este tipo de eventos, por lo que la legislación ni los prohíbe ni los permite.

Es cada Servicio de Costas del Estado –ante cada petición concreta– quien decide «siempre que se garantice el uso público y gratuito de las playas y su conservación», advierten desde el Ministerio de Medio Ambiente.Y es que, estos enlaces pueden ser más complicados de lo que parece. Al hilo de todo ello, Manuel Quintero, técnico del Ayuntamiento de Vejer, asegura que algunos se arriesgan a casarse pero «por su cuenta y riesgo», aunque siempre se debe solicitar el permiso. Personalmente, yo «soy partidario de que la gente se case en cualquier lugar que le resulte agradable, la norma cambiará algún día».

Todo ello pone de manifiesto que al final la realidad de la provincia de Cádiz es que los ayuntamientos continúan, por el momento, con las ceremonias en los propios consistorios o bien, ante las peticiones para las celebraciones en las playas, derivan a los interesados a chiringuitos como Alhma Beach Club, en El Palmar, o El Timón de Roche que ofrecen el servicio con vistas al mar, pero algunos ni siquiera llegan a pisar la arena.

En este sentido, los profesionales del sector insisten en que si los novios desean voluntariamente bajar a la arena a casarse no es competencia suya, ya que ellos facilitan sus instalaciones para el acontecimiento, pero la ceremonia puede ser organizada por cualquier persona en cualquier otra parte.

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