Sin agenda municipal

Arrecian las críticas sobre el alcalde de Cádiz y su equipo de Gobierno. Dicen sus fervientes seguidores que aquellos que señalan los desatinos de Kichi y compañía no tienen la gentileza de dejar que pasen los cien días iniciales de gobierno. El periodo de cortesía que al parecer se debe dar siempre aunque esté en juego el presente y el futuro de una ciudad tan necesitada como Cádiz; como si la toma de decisiones que pueden afectar al bienestar de miles de gaditanos debieran de esperar un tiempo prudencial hasta que los nuevos inquilinos de San Juan de Dios se acomoden en sus sillones; como si el gobierno de una ciudad se asemejara en algo a dirigir un equipo de fútbol.

En esta ocasión, las críticas le llegan al alcalde del lado menos previsible, del mundo del Carnaval al que él pertenece y debería conocer a la perfección. No caben aquí excusas del cántabro que se está haciendo con una ciudad extraña.

La asociación de Corista de Cádiz celebraba este viernes el primer aniversario de la Casa del Corista, una iniciativa que pudo ver la luz gracias al impulso municipal. Su presidente, Antonio Procopio, se lamentaba que ni el alcalde ni nadie de su equipo de Gobierno, incluyendo a su socio Ganar Cádiz en común, ni tan siquiera hubieran tenido la deferencia de excusar su falta de asistencia a una celebración a la que sí asistieron el resto de fuerzas políticas que conforman el Pleno municipal.

Si la respuesta que den en los próximos días es que no tenían constancia de la invitación, dejarán patente una inquietante desorganización hasta con algo tan básico para el funcionamiento de una Alcaldía como la agenda.

Cádiz no está para experimentos que, por ahora, solo evidencian un desorden sin sustancia ni provecho.