GRAN PREMIO DE ESPAÑA DE MOTOCICLISMO

Cuando las calles de Jerez fueron un circuito de carreras de motos

En los tiempos del Gran Premio Trofeo de La Merced se corría en calles empedradas, salvando bordillos y con balas de paja como únicas protecciones en los tramos más peligrosos del recorrido urbano

El piloto Ángel Nieto con su Derbi 50 cc corriendo en el circuito urbano de Jerez Jaime Barrigá
Miren Landeta

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Miles de motos recorren estos días las calles de Jerez y El Puerto. Y aunque toda la Bahía y algunas localidades de interior se contagien de la pasión que despiertan las dos ruedas, son las dos localidades gaditanas las que son epicentro de la gran fiesta motera. No es por casualidad.

La vinculación de El Puerto con las motos viene de lejos, de los años 50. Fue el 25 de julio de 1956 cuando se celebró en playa de Valdelagrana una gimkhana de motos que ganó el piloto el gaditano Carlos Bernal, que se llevó 500 pesetas por ser el primer clasificado. Una sustanciosa cantidad pues por aquella época un conductor de autobús cobraba 47 pesetas diarias.

Dos años más tarde, las motos volvieron a El Puerto y desde entonces las carreras, conocidas como 'Gran Premio Motorista de la playa de Valdelagrana' y patrocinadas por la Delegación de Deportes del Ayuntamiento con el asesoramiento del Moto Club Jerezano fundado por Francisco Pacheco Romero en 1954, se sucedieron ininterrumpidamente hasta 1965 cuando se celebró el X Trofeo con cerca de 15.000 espectadores.

Entre los pilotos que participaron en aquellas primitivas pruebas moteras estaban Jordi Sirera, Ramón Torras, José Medrano, José María Añón, Manuel Román, Luis Sáez, Juan Gallego, Ricardo Contador y Antonio Sánchez Garrido 'Peluqui'.

«Las carreras eran en la arena mojada y se hacían en bajamar», rememora Inazio Bilbao, un vasco que estando de vacaciones en Cádiz no dudó en acercarse hasta Valdelagrana. «Ganó un piloto gaditano, Luis Sáez, con una montaba una Lube, que eran motos que se hacían en Barakaldo. Ya lo habíamos visto en Guernica... así que celebramos la victoria como si fuera nuestra, a lo grande».

Valdelagrana fue perdiendo gas a favor de Jerez donde el Moto Club Jerezano también organizaba competiciones. En aquellos tiempos, La Moderna jugó un papel destacado. «El bar estaba (y está) en la calle Larga y era propiedad de los Pacheco. La Moderna era el centro de reunión de los aficionados a las dos ruedas. Allí, en una mesa del fondo y entre barriles de vino, se inscribían los pilotos para las carreras y se firmaron muchos contratos para competir en el Trofeo de La Merced«, explica Jaime Barrigá, investigador y aficionado a las motos que ha vivido en primera persona algunas de las carreras de los años 60 en Jerez. Además, Barrigá es autor del libro 'Carreras de Motos en Circuitos Urbanos. Historia del Premio Internacional Nuestra Señora de la Merced 1958-1981' editado por la Diputación de Cádiz.

Imagen principal - Cuando las calles de Jerez fueron un circuito de carreras de motos
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J.Barrigá

«Mi padre era militar y muy aficionado al motor. Tuvo la primera autoescuela que hubo en la provincia de Cádiz y me inculcó la afición. Cuando tenía 16 años me regaló mi primera moto, una Vespa 75, y desde entonces no me perdí una carrera salvo el año que estuve en la mili. Iba hasta Jerez en moto con mi carnet de conducir que entonces que se llama el 'Tercera restringido' y a partir de ahí ya me convertí en un apasionado de todo lo vinculado a las carreras«, recuerda este gaditano de adopción que nació en Rosas aunque está afincado en Cádiz desde hace años.

«Cuando era más pequeño recuerdo una de las primeras carreras a las que me llevó mi padre. Era cuando una parte del circuito discurría por las calles donde se ubica la Feria de Jerez. En aquella zona, sin edificaciones, nos colocamos sobre una especie de templete de las casetas para ver ver pasar las motos». Y es que las carreras de motos en Jerez de mediados del siglo XX se celebraban en un circuito urbano muy rudimendario y que bajo el impulso del Moto Club Jerezano de Francisco Pacheco Romero, adoptó la denominación 'Trofeo Internacional Nuestra Señora de la Merced'. Esta prueba urbana tuvo diferentes localizaciones.

En España, las grandes competiciones a nivel internacional de aquella época se disputaban sobre todo en Barcelona. Allí se celebraba el Gran Premio de España puntuable para el Campeonato del Mundo y Pacheco aprovechaba que los grandes corredores internacionales venían a España para ofrecerles correr en Jerez. Además del premio que obtenían si ganaban la prueba, «Paco incentivaba a los pilotos con suculentas primas por salida y así atrajo a muchos pilotos figuras internacionales para venir a Jerez que siempre tuvo mucho gancho por la pasión con la que los aficionados vivían las carreras y por el buen tiempo».

Barrigá cuenta que los aficionados podían acercarse sin demasiada dificultad a los pilotos que se dejaban abrazar y dar la mano. Eran muy cercanos. «Al principio se podía acceder al paddock con los mecánicos y las motos y lo normal era ver furgonetas, remolques, tiendas de campaña... después, cuando se instalaron en el espacio de Mercajerez ya era un poco más restringido».

Paco Pacheco y Peluqui Moto Club Jerezano

La Constancia 1958

Desde 1958 y durante diez años, la prueba se corría en la zona conocida como La Constancia. El circuito original constaba de 1600 metros y en la primera edición Antonio Sánchez «Peluqui» fue vencedor en dos categorías.

En 1963 la prueba obtiene la calificación de Internacional. El circuito de «La Constancia» se alarga hasta los 2.235 metros para hacerlo más adecuado para las máquinas de los pilotos extranjeros que participaban y la meta se localiza hacia la mitad de la larga recta que recorría la Avenida Domecq. Además, el Consejo Regulador de Jerez-Xérès-Sherry ve en las carreras una oportunidad para promocionar sus «caldos» y la Bodega Valdespino promueve el Trofeo que lleva su nombre. La cantidad consignada por la organización para premios en metálico alcanzaba las 50.000 pesetas. Tristemente, este año fallece Peluqui.

El corredor sufrió un accidente en la prueba de 125 cc cuando en la primera vuelta su moto tropezó con el bordillo. El piloto salió despedido, chocó con un árbol y murió en el acto. Tenía 26 años y un futuro prometedor.

Trazado del circuito de La Merced en 1963

Pese al fatal desenlace, Peluqui está entre los pilotos con más triunfos en el Trofeo de la Merced, en concreto cinco, tantos como Ricardo Tormo y Ramón Torrás. Benjamín Grau ganó en 7 ocasiones y Ángel Nieto en 17. El mejor piloto jerezano de todos los tiempos tiene asignada la curva 10 del Circuito de Jerez, un giro a derechas de 90 grados que congrega a los aficionados más ruidoso y apasionados.

Entre los pilotos destacaron (además de los ya citados) los hermanos Jorge y Enrique Sirera, José María Busquets, Salvador Cañellas, Paco González, John Grace, Barry Sheene o Jan de Vries participaron en las carreras urbanas de Jerez. Mención aparte para Ángel Nieto, que siempre tuvo una relación muy especial con Jerez. La primera victoria de Ángel Nieto en el Trofeo de la Merced se remonta a 1967. Suya es la curva 9 del trazado jerezano que además ha sido rebautizado con su nombre.

San Benito 1969

En una segunda etapa, el circuito urbano se trasladó al polígono de San Benito, una zona recién urbanizada de Jerez que era más adecuada que La Constancia pues aún tenía pocas edificaciones. El nuevo trazado, de 2.560 metros, era rápido con largas rectas que permitían a los pilotos alcanzar altas velocidades.

Circuito urbana en San Benito, en Jerez

El cambio de ubicación no mermó el interés por la competición que acogió cuatro carreras en diferentes categorías y congregó cerca de 50.000 aficionados.

Este año, Ángel Nieto se proclamó Campeón del Mundo con la Derbi y la primera carrera que disputó después de obtener el título fue la de Jerez. El piloto madrileño dejó una huella imborrable en la memoria de los amantes de las dos ruedas y su relación con Jerez siempre fue muy especial... quizás porque nunca olvidaría como cuando aún era prácticamente un niño Paco Pacheco le libró de los calabozos.

Según relata Barrigá, un jovencísimo Ángel Nieto llegaba a Jerez en tren. Traía la moto desmontada y posiblemente había falseado sus datos de edad para poder inscribirse en Jerez. La velocidad y el ansia de victoria ya recorrían sus venas. «Un agente de la autoridad al verlo le pidió la documentación y se llevó al chiquillo al cuartelillo de Jerez. Entonces Ángel Nieto llamó a Paco que movió sus hilos para conseguir sacar del arresto al muchacho y para que participara en la carrera. Ahí arrancó una amistad grande y duradera entre los dos«.

El último año que San Benito acogió las carreras fue 1972 porque expansión de la ciudad provocó en la zona proliferaran los edificios y era complicado conseguir un circuito seguro usando paquetes de paja como vallado. El Trofeo de la Merced necesitaba una nueva ubicación.

El Portal 1973

El circuito se trasladó al Polígono Industrial El Portal, en las afueras de Jerez, en 1973. Esta etapa es de las más recordadas por la afición porque es más cercana y porque algunas de las carreras se retransmitieron por televisión.

El trazado tenía 2,4 kilómetros con dos curvas lentas. También había dos saltos con desnivel donde las motos llegaban a despegar las ruedas del firme.

Circuito de El Portal

De esta época es destacable que el XVII Premio de la Merced que se celebró en 1974 no corrió Ángel Nieto porque a Derbi le sentaron mal unas declaraciones del piloto y se negó a dejarle las motos para que corriera.

El circuito urbano mejoró en instalaciones. Aquí, como comenta Barrigá «el paddock que se instalaba en la zona de MercaJerez estaba cercado y tenía una única entrada para controlar el acceso del público. Además las farolas se protegían para evitar daños en caso de caída« pero la seguridad seguía siendo rudimentaria y los pilotos de quejaban de falta de medios para el traslado de los heridos a los hospitales. El firme también daría muchos quebraderos de cabeza.

El año 1978 no hubo carreras y se suspendió el que iba a ser XXI Premio Internacional de la Merced porque las subvenciones y los patrocinios no llegaron hasta un año después con el impulso de las Bodegas Domecq y con el apoyo del Ayuntamiento de Jerez.

El último año que los aficionados a las motos pudieron vivir el Trofeo de la Merced por las calles de Jerez fue 1981, cuando el circuito se amplió hasta convertirlo en el más largo de España con 4.650 metros. Y fue aquí, donde Pedro Pacheco, alcalde de Jerez desde 1979, lanzó un órdago asegurando que la próxima carrera se celebraría en un circuito permanente. Casi nadie le creyó porque era un reto colosal pero contra todo pronóstico se hizo una realidad.

Se trabajó a destajo con turnos de 24 horas y hubo que salvar trabas económicas y limitaciones publicitarias pero el 8 de diciembre de 1985 se realizó una prueba de asfalto celebrando una carrera puntuable para el Campeonato de España de Turismos. En abril, el Circuito de Jerez, estaba funcionando.  

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