Cádiz

Carlos Díaz: «Cualquier opción que tome el PSOE en Cádiz con la investidura le pasará factura»

El exalcalde de Cádiz considera que el apoyo socialista al nombramiento de Kichi como regidor de la ciudad es la salida menos mala y daría estabilidad

Javier Rodríguez
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«Cualquier decisión que tome el PSOE en Cádiz para la constitución de su ayuntamiento será cuestionada». El que fuera alcalde de Cádiz entre abril de 1979 y junio de 1995, el socialista Carlos Díaz, reconoce que no le gustaría estar en el pellejo del actual líder del PSOE local, Fran González, quien tendrá que decidir con el resto de miembros de su grupo entre abstenerse el próximo 13 de junio, votarse a sí mismo o, por el contrario, apoyar la investidura de José Manuel González 'Kichi', líder de Por Cádiz sí se puede, como nuevo alcalde de la ciudad. Las dos primeras opciones significarían devolver la alcaldía a Teófila Martínez, que gobernaría en minoría con solo diez concejales. Mientras que la tercera vía, la más lógica en su opinión, es apoyar un gobierno municipal de izquierdas.

Carlos Díaz sabe que la decisión es complicada y el PSOE gaditano se juega con ella su futuro político. El exalcalde señala que el electorado no perdona los errores y «la mejor prueba de ello la encontramos en Extremadura, donde IU ha quedado laminada tras brindar su apoyo al PP durante la última legislatura».

Un gobierno en minoría de Martínez supondrá un freno para la ciudad

Sabe que cualquier opción tiene unos costes, «pero el apoyo socialista a la candidatura de José Manuel González evitaría la inestabilidad». Carlos Díaz se adelanta a los tiempos y advierte que un gobierno en minoría del PP, sin el apoyo de ninguno de los miembros de la oposición, estaría condenado al fracaso. «La ciudad quedaría paralizada». Sin embargo, destaca que un frente de izquierdas implicaría un equilibrio de fuerzas y de diálogo.

Carlos Díaz se remonta a abril de 1979 cuando asumió la alcaldía de Cádiz gracias a un pacto con el partido comunista de Andalucía y el PA. Esa unión política permitió arrebatar el sillón consistorial a Pedro Valdecantos, de UCD, que obtuvo doce ediles en las municipales de ese año, frente a los nueve del PSOE, cuatro del PCA y dos del PA. El tripartito logró mayoría suficiente para gobernar con tranquilidad. Díaz guarda ahora un grato recuerdo de esos cuatro años de gestión, que permitió el avance de la ciudad, «algo que no se hubiera conseguido con un gobierno de UCD en minoría». Salvando las distancias y los tiempos, la situación de 1979 se podría repetir el próximo 13 de junio, aunque el propio Carlos Díaz ha confesado que aquel pacto se cerró el mismo día de la votación de investidura. «De hecho estaba escribiendo de madrugada el discurso y no sabía cómo iba a quedar la corporación», añadió.

«No me gustaría estar en el pellejo de González. El electorado no perdona los errores»

En relación a los movimientos subterráneos que se llevan a cabo en Sevilla en las direcciones regionales de PP y PSOE, el propio Díaz mantiene cierta cautela. Todo apunta a que Cádiz es la llave para facilitar la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta, pero para que el PP dé su brazo a torcer se tienen que dar una serie de circunstancias. Parece que es vital que los socialistas acepten la lista más votada en Cádiz, es decir, el PP mantendría el poder municipal y gobernaría en minoría. La segunda pata de esta complicada negociación es una posible salida de Teófila Martínez del espectro político gaditano y diera paso a uno de sus delfines. Ninguna de las dos hipótesis convencen al exalcalde socialista Carlos Díaz y advierte de que estos movimientos interesados traerán consecuencias negativas para los partidos mayoritarios.

De cualquier forma Carlos Díaz llama la atención sobre un fenómeno que estará vigente a lo largo de la próxima legislatura municipal a raíz de la fragmentación de los ayuntamientos con la entrada de los nuevos partidos emergentes. Se trata de la amenaza de mociones de censura. Los gobiernos en minoría, según el exalcalde, tienen ese riesgo. Es decir, cualquier enfrentamiento puede llevar a la convocatoria de una moción y «Cádiz no será ajeno a ello».  

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