el apunte

La presidenta se borra del cartel

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Había anunciado su asistencia y finalmente obsequió a casi 2.000 compañeros de partido con su ausencia. Sin empacho, sin pudor, admitió la presidenta de la Junta de Andalucía que el motivo del cambio era la presencia anunciada de los extrabajadores de Delphi. Estos desempleados piden que el Gobierno de Andalucía cumpla el acuerdo que les firmó para una recolocación. Por muy disparatado, equivocado que fuera, la administración lo firmó, lo cerró con intenciones electoralistas, populistas o miedosas. Pero lo suscribió y ahora tendría que dar la cara. Porque lo que ha hecho Susana Díaz es, precisamente, no dar la cara en un conflicto sangrante en la Bahía de Cádiz. Si bien es tan sólo uno de muchos, es de los más ilustrativos. Su trabajo, su encomienda es la de solventar problemas. Como mínimo, dialogar hasta el agotamiento para tratar de encontrar soluciones. Cancelar una visita para evitar un chaparrón demuestra que sus palabras sobre disposición, actitud y talante son simplemente propaganda sin respaldo del ejemplo. Que pudiera caerle un abucheo es algo que va en su sueldo, en su responsabilidad. Que sus compañeros de partido trataran de excusarla con argumentos tan incoherentes como que el conflicto de Delphi le es ajeno resulta, incluso, indignante. Cualquier conflicto laboral, social, en Andalucía debería resultarle pertinente, debería concernir a la presidenta de la Junta de Andalucía pero más aún uno que nació por una negligencia política de sus predecesores y que ella debe asumir de forma directa y particular como uno de sus muchos retos. Si ese es el concepto de la responsabilidad que tienen nuestros dirigentes, apaga y vámonos.