Álvaro Siza regala a la BIAU «un pedazo de la historia de la arquitectura»

Enfadado porque su mano izquierda no le permite expresar en sus dibujos todo lo que quiere, lo que sí le deja hacer, dibujar, su mano derecha, ahora convaleciente tras sufrir una lesión, pero con una lucidez que demuestra por qué está considerado una de las figuras clave de la arquitectura contemporánea. Álvaro Siza no pudo ayer desplazarse a Cádiz para pronunciar su conferencia en la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo, pero quiso estar presente aunque fuera de forma virtual.

La organización encargó a los responsables del programa Planeta Beta realizar una entrevista al arquitecto portugués ganador del Pritzker y del León de Oro por su trayectoria en su propia ciudad, Oporto. Desde allí hizo un análisis de la situación actual de la profesión y de la influencia que la política ejerce sobre la misma.

En su alocución, Álvaro Siza se refirió a su forma de encarar sus proyectos, destacando la importancia que para él tiene el concepto de «continuidad». En este sentido, el portugués explicó que es frecuente escuchar hablar de «un mundo nuevo, incluso de un hombre nuevo», en lo que se suponen sobresaltos o rupturas sociales, pero estas al final resulta que se hacen «con los mismos materiales que ya se han usado con anterioridad».

Destacó también como elemento fundamental en su proceso creativo la capacidad de dialogar, de incluir en todos sus proyectos la participación de la sociedad «como un material más» de la construcción. Siza habló de la forma en la que encara la construcción de una vivienda, hablando, dialogando con todos los miembros de la familia, para así poder dar respuesta a las necesidades de sus habitantes e integrarla en su estilo de vida. Precisamente por esa filosofía de trabajo asegura sentirse ciudadano de cada uno de los lugares donde lleva a cabo un proyecto.

Siza destacó igualmente la relevancia de dejarse llevar por la intuición a la hora de aceptar un proyecto, pero aclaró que esa intuición tiene importancia siempre y cuando vaya acompañada de un análisis. «Un proyecto debe basarse en hipótesis, tanto como en las críticas de dichas hipótesis».

Una de las partes del discurso que más captó la atención de los participantes en la BIAU que ayer escuchaban con emoción contenida sus palabras en el Gran Teatro Falla fue la referente en la situación política actual y a su efecto sobre la arquitectura.

Dijo el arquitecto que hoy en día, al menos en su país, Portugal, «parece que no hay interés en construir bien», algo que va en contra de uno de los objetivos fundamentales de la arquitectura, la perdurabilidad. En todo esto juega un papel fundamental la política, tantas veces aliada como enemiga de la profesión, según afirmó. «La política influye directamente en nuestra trabajo. Cuando una ciudad cambia la composición política dominante los proyectos que ya estaban en marcha con anterioridad son cortados la mayor parte de las veces. Hay un apetito de ruptura total que tiene que ver con intereses económicos y con procesos de afirmación política. Y creo que eso es muy perjudicial para las ciudades», comentó.

Siza fue más allá con su alusión a la influencia de la política no solo en la arquitectura, sino en todos los aspectos de la vida. Así, hablando del momento por el que atraviesa su país a causa de la crisis económica, llegó a decir que «en Portugal tenemos una dictadura que aparentemente incluye una negociación, pero esta negociación no se ve», añadiendo que «España puede estar cerca de una situación similar».