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La BIAU se presenta en Cádiz como un escaparate de talento

La directora de Arquitectura del Ministerio de Fomento pone a Cádiz como ejemplo de ciudad sostenible y capaz de ser moderna conservando su patrimonio

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Cádiz volvió a ser ayer, y lo seguirá siendo durante toda la semana, el punto de encuentro necesario para reunir a profesionales de los dos lados del Atlántico y poner en común su «excelencia». El motivo en esta ocasión es la celebración de la VIII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo, que reúne en la ciudad a unos 600 arquitectos y estudiantes.

El Baluarte de la Candelaria acogió ayer por la tarde la inauguración oficial del evento y la entrega de diplomas a los autores de las obras premiadas en esta edición de la Bienal, tanto de las construcciones como de las publicaciones y los trabajos de investigación. Al comienzo del acto, el decano del Colegio de Arquitectos de Cádiz, Víctor Gómez, hizo referencia al lema del encuentro: Estando la mar por medio. Una mar, que dijo, «no une más que nos separa».

En esa idea incidió la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, que dijo que «esta Bienal forma parte de la aspiración de Cádiz de volver a ser punto de encuentro y reflexión», como lo fue hace doscientos años con la redacción de la Constitución de 1812. Martínez se dirigió a los arquitectos presentes en el acto para pedirles que «sean generosos. Trabajen mucho en estos días, en estos momentos en que el mundo mira a la sociedad iberoamericana. Tenemos que demostrar al mundo lo que somos y lo que podemos ser».

También intervino la directora de Arquitectura, Vivienda y Suelo del Ministerio de Fomento, Pilar Martínez López, que destacó el papel de Cádiz como puente entre culturas. Una ciudad, dijo, «que ha sabido ser moderna conservando y manteniendo su patrimonio. Una ciudad sostenible e integradora, a la vanguardia de lo que debe ser un modelo urbano de referencia». La directora de Arquitectura explicó que la BIAU «pretende trazar el mapa de la excelencia arquitectónica de un territorio separado por un océano pero con lazos en común. Una excelencia donde convergen el uso del espacio con la felicidad de la persona».