opinión

Frustrante superación

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Hay cientos de éxitos escondidos en cada fracaso y miles de fracasos (soy de los que ve la botella medio vacía) en cada éxito. Las heroicas hazañas bélicas no son más que la culminación de una estúpida guerra, igual que las rimas disonantes son los errores de algo tan sublime como es la poesía. Varios ejemplos en los últimos meses nos hacen ver las dos caras de la misma moneda: los pequeños diamantes que se hayan entre el carbón y los nervios que se cuelan en un delicioso entrecot.

Es estupendo que los gaditanos quieran estudiar idiomas. Me parece imprescindible no ya para el uso mercantilista de explicarle al turista lo bonita que es la Caleta, sino como fuente de crecimiento personal. Lo triste es que si se han disparado las solicitudes es por la gran cantidad de parados que en la capital buscan una alternativa a estar sentados en el sofá viendo cómo Bob Esponja y Patricio Estrella mantienen acalorados debates interoceánicos. Es el aburrimiento, la sensación de tener algo que hacer lo que empuja a las aulas. La respuesta de la Administración: no hay plazas.

Lo mismo sucede con la cada vez mayor presencia de pseudoatletas que corren por el Paseo Marítimo. La superación diaria, el ritmo creciendo y la pisada depurada esconden el no tener nada que hacer a las 11 del mediodía más que mirar cómo van pasando las nubes en el cielo y cómo la mitad de sus amigos no encuentran trabajo.

Pero no todo es negativo. También en esta especie de situación de guerra en que nos encontramos nos deja momentos heroicos que nos hacen pesar que igual no todo está perdido. Con tanto pícaro suelto, que haya un señor como Nandi Migueles que, sin golpes en el pecho, proponga hacer un coro con el único objetivo de conseguir dinero para los que peor lo pasan da un poco de esperanza y hace pensar en que si determinados estamentos arrimaran el hombro, otro gallo nos cantaría. Porque, llegado el momento, es posible que la cuerda se tense tanto que acabe rompiéndose y puede que, contradicciones históricas aparte, de una pésima situación pueda salir algo bueno.