El expresidente Gbagbo habla a una cámara de televisión después de haber sido hecho prisionero. :: H. O. / AFP
costa de marfil

Gbagbo cae en manos de los rebeldes

La ONU y Francia recalcan el protagonismo de las tropas rebeldes en la captura del expresidente

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Laurent Gbagbo permanece bajo la custodia de las fuerzas de Alassane Ouattara tras ser detenido ayer en el bunker de la residencia oficial. El exdirigente marfileño y su esposa Simone fueron conducidos al hotel Golf, sede del gobierno opositor, a donde los trasladaron las tropas que allanaron el último bastión gubernamental. Tras ser conducidos a un apartamento del centro hostelero, ambos solicitaron la protección de la misión local de la ONU (Onuci) y, según Alain LeRoy, subsecretario general de Naciones Unidas para las operaciones de paz, «los mismos policías que protegían hasta ahora al presidente Ouattara están a cargo de la protección del expresidente Gbagbo».

El organismo internacional ha señalado que la iniciativa del arresto correspondió a los efectivos de la autoridad electa, pero existen varias versiones en torno a la sucesión de los hechos tras el primer ataque de los helicópteros de la Onuci contra la residencia, iniciativa que contó con el apoyo de los soldados franceses. Los portavoces de la entidad señalaron que la ofensiva, desencadenada ayer a las 17.00 horas, tuvo como fin acabar con su artillería, considerada un peligro para la población de Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil y último escenario de la ofensiva rebelde.

Los despachos de agencias indican que este primer ataque fue seguido del allanamiento del lugar por tanques galos. Y varios corresponsales también llegaron a afirmar que el presidente fue capturado por los efectivos de la ‘operación Unicornio’. Sin embargo, tanto LeRoy como Jean-Marc Simon, embajador del Elíseo en el país, insistieron en que fueron comandos de Ouattara los que consiguieron apresar a Gbagbo y su mujer.

Gérard Longuet, ministro de Defensa francés, precisó que sus tropas «no entraron ni en el jardín ni en la residencia» del exmandatario y que su actuación no excedió en ningún momento del mandato de la ONU, que consistía en impedir el uso del armamento pesado y la protección de los expatriados franceses que viven en Costa de Marfil. El apoyo a los sitiadores no se objeta. «El fin era que el presidente electo pudiera presidir», afirmó.

En el mismo sentido se manifestó Thierry Burkhard, portavoz de la institución, al apuntar que la destrucción de baterías y blindados tenía como propósito «equilibrar las fuerzas», ya que los asaltantes carecían de este tipo de suministros. También se pronunció en el mismo sentido el propio jefe del Estado Mayor, quien negó la intervención de sus fuerzas especiales y puntualizó que el presidente saliente se entregó a las tropas de Ouattara durante la mañana. En su intervención, Edouard Guillaud destacó que el primer intento de penetrar en la residencia se produjo a lo largo de la noche del domingo, pero que la relación de fuerzas «no les era favorable» ni la oscuridad propiciaba tampoco el propósito.

Protagonismo galo

Esta versión fue rebatida por Alain Toussaint, representante en Europa del exlíder ahora detenido, que sostiene el completo protagonismo de los franceses en la rendición de Gbagbo y su posterior entrega a los soldados del nuevo presidente. En cualquier caso, las imágenes difundidas por el canal TCI, la televisión nacional, muestran a la pareja a su llegada a la habitación del hotel sin, aparentemente, haber sufrido ningún rasguño. Youssoufou Bamba, representante del Estado africano en la ONU, indicó que el exdirigente será llevado ante la justicia, aunque no llegó a precisar el tribunal que tendrá que juzgarlo. La captura no parece que pueda suponer el fin de la inestabilidad en Costa de Marfil. LeRoy admitió que aún se producen enfrentamientos en el país, aunque confesó que el jefe de las fuerzas de Gbagbo les había llamado para decir que quería entregar las armas. «La crisis no ha terminado en absoluto», recordó el representante de Naciones Unidas y, a ese respecto, mencionó «la inmensa crisis humanitaria» y el «preocupante» informe de Human Rights Watch que denunciaba los injustificados ataques contra la población civil perpetrados por ambas facciones.