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«Esto no ha acabado»

El nuevo Gobierno de Ouattara se enfrenta al desabastecimiento de los alimentos y la amenaza de los últimos fieles del expresidente

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«Esto no ha acabado», ha advertido César Fernández, el salesiano español residente en la urbe. «Los partidarios del expresidente no se van a conformar y Ouattara lo va a tener muy difícil para gobernar el país». A través de la comunicación telefónica con el misionero se escuchan los disparos de quienes celebran el apresamiento de Gbagbo. «Ahora hay una gran algarabía en la calle, se escuchan gritos contra él y le llaman ladrón». No obstante, también subraya que la reacción depende de cada barrio y que no se producirá la misma alegría en Youpogon, al oeste, o Port Bouet, enclaves afines al bando ahora derrotado.

Aunque los combates han cesado, la situación en Abiyán no parece haber mejorado. «El caos continúa», lamenta y alude al incesante pillaje. Anoche, un almacén donde guardaba arroz el Programa Mundial de Alimentos fue allanado e incendiado. Según explica Fernández, el lugar contenía víveres desde el estallido de la crisis en 2002. «Nadie comprende por qué no fueron distribuidos». En el saqueo una mujer embarazada resultó aplastada.

Los alimentos son escasos y caros y no es posible conseguir gas butano y carbón. «Falta de todo», añade e, incluso, señala que es difícil adquirir cuando se es consciente de que los productos a la venta han sido robados. El religioso asegura que quiere confiar en las buenas palabras del nuevo presidente pero que hay pruebas contundentes de la magnitud de la empresa: «Comisarías, tiendas y oficinas destruidas, empresas cerradas, cientos de muertos, decenas de miles de exiliados», relata. «La devastación ocasionada es enorme».