CARTAS A LA DIRECTORA

Recuerdos de Cádiz

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Son muchos los recuerdos que Cádiz guarda para deleitar la vista de todos sus visitantes y viandantes, entre ellos los cañones de las esquinas. Y por eso creo que es de recibo, como gaditano que soy, denunciar la desaparición de alguno de estos vestigios de nuestra historia como ciudad. Como ejemplo de la eliminación de estos cañones, destacar los siguientes: el situado en la esquina entre las calles Fernández Shaw y Sacramento; el de la esquina entre las calles Urquinaona y Barrocal; el que estaba situado en la mediación de la calle Urquinaona; el de la esquina entre las calles Botica y Teniente Andújar. El último que he visto desaparecer es en la calle Villalobos esquina con Cristóbal Colón, justo donde se ha construido el nuevo hotel de esa misma calle.

Pero lamentablemente no son sólo los cañones de las esquinas, los rasgos de distinción histórica de Cádiz, los únicos que han desaparecido o lo están haciendo, y quisiera aprovechar esta carta para enumerar algunos de estos trozos de identidad gaditana que poco a poco han desaparecido de nuestras calles. Como lo son las rejas del gobierno militar, ¿qué pasó con ellas?; los últimos raíles que se quitaron de la calle Plocia, y que según tengo entendido se iban a poner en una exposición; la fuente de la Negrita, de las Murallas de San Carlos, y que es la auténtica que regaló el señor Mejías,. Y como todo lo anterior: ¿Qué paso con el letrero que estaba en la Cárcel Real?, el cual decía: «Odia al delito y compadece al delincuente». Desapareció en la última reforma que se realizó sobre el edificio. Esa frase fue dictada por la primera mujer directora de prisiones del siglo XVIII, Doña Concepción Arenal.

¿Y el reloj que adornaba la estación de ferrocarril en la Plaza de Sevilla? También ha desaparecido en la última reforma que se ha realizado en esa estación. Dentro de esa reforma se han tapado los remaches y se han puesto chapas, tapando así una de las credenciales de dicha estación, y me pregunto, ¿por qué? Es sin duda una aberración hacia los detalles arquitectónicos que adornan la historia de Cádiz. ¿Y dónde están las cuatro estatuas que en el siglo pasado adornaban la Plaza de Mina, refiriéndose a las cuatro estaciones del año? Fueron restauradas, pero nunca se colocaron y se perdieron. ¿Y el quiosco que estaba situado en la calle Isaac Peral, hoy calle Canalejas, que data del siglo XVII de antes del derrumbe de las murallas? Dicho quiosco de hierro fundido tuvo varios emplazamientos: en el edificio Fénix- Trocadero; luego pasó a la Plaza de San Juan de Dios frente al hospital del mismo nombre. Y en la última reforma de la Plaza Topete, hoy Plaza de las Flores, existieron también uno en cada esquina, uno de dulces y otro de periódicos, ¿qué ha ocurrido con ellos? Espero que con la reforma que se está haciendo en la Plaza de Mina no vayan a desaparecer los dos quioscos que existen, que aunque son de madera, son una réplica de los quioscos anteriormente citados.

¿Qué pasó con el ascensor que estaba en las oficinas de la calle Javier de Burgos, la antigua oficina de los servicios eléctricos? Dicho ascensor no tenía porqué haberse quitado, en su lugar ha quedado un hueco, cuando podía haberse dejado como recuerdo histórico de dicho edificio de la Plaza del Palillero. Además, ¿que está pasando con las fincas que se rehabilitan en el casco antiguo y desaparecen de la noche a la mañana los brocales de mármol de los patios? Qué pena que cada vez que se hace reforma en nuestra querida ciudad desaparezcan los símbolos históricos que nos identifican.