El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, saluda a Esperanza Aguirre en presencia de Dolores de Cospedal, ayer, en un desayuno. :: EFE
ESPAÑA

Aguirre: «Hemos tenido la suerte de darle un puesto a IU y quitárselo al 'hijoputa'»

La presidenta de la Comunidad de Madrid niega que se refiriese a Gallardón, pero el desliz evidencia que la guerra entre ambos sigue viva

MADRID. Actualizado: Guardar
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Esperanza Aguirre fue ayer más esclava de sus palabras que nunca. Una frase, que pronunció sin percatarse de que un micrófono continuaba abierto, puso en evidencia que algunas heridas no cicatrizan nunca. «Hemos tenido la suerte de poder darle un puesto a IU y quitárselo al 'hijoputa'», dijo ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid en una conversación sobre los nuevos nombramientos en Caja Madrid, antes de la toma de posesión de Rodrigo Rato como máximo responsable de la entidad.

¿A quién iba dedicado el improperio? La salida de tono se produjo mientras Aguirre conversaba con su mano derecha en el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, en un tono propio de una charla privada, pero que se convirtió en pública con el desliz del micrófono. En este contexto, el destinatario del agravio se antojaba claro: Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, institución que ha perdido peso en el consejo de administración de la entidad de ahorros. Entre otras cuestiones, por el consenso que ha buscado Rato antes de su aterrizaje, que incluye la cesión de un puesto que correspondía al Ayuntamiento de la capital en el consejo de administración a un representante de Izquierda Unida.

Aguirre, horas más tarde del incidente, negó tal interpretación. Aseguró que se refería a uno de los consejeros de Caja Madrid, de cuyo nombre «no se acordaba». La presidenta madrileña se quejó de que las transcripciones literales de conversaciones privadas «son letales» y no dudó en pedir disculpas a quienes se hubieran podido sentir ofendido por sus palabras.

Gallardón, el supuesto aludido, guardó silencio. Más allá de su aplazada reacción, lo cierto es que el incidente evidencia que los esfuerzos de Mariano Rajoy por dar por zanjada la gresca en el PP madrileño tropiezan con una realidad bien distinta. Las fotografías 'a tres' -Rajoy, Aguirre y Gallardón- el intercambio de lisonjas y halagos en público entre la presidenta y el alcalde eran, a tenor del epíteto de hoy, un 'paripé'. Algo que admitían en privado los colaboradores de ambos sin ningún rubor.

La guerra, pues, sigue abierta, a pesar de que los picos de virulencia en el conflicto personal y político han amenazado, incluso, la estabilidad del liderazgo del propio Rajoy y ha obligado al líder del partido a intervenir más de una vez en el conflicto y sentarse con ambos en torno a una mesa para poner paz. Además del vituperio, el diálogo entre la presidenta madrileña y su número dos, que se produjo durante una visita institucional a la localidad de Becerril de la Sierra, también incluyó otras perlas que constatan la politización de las cajas de ahorros.

La presidenta confesó a González que alguna de las decisiones previas a las llegadas de Rato le había dejado «de una pieza» e interrogó a su número dos en la Comunidad sobre «a quién tenía dentro». «O sea que, nosotros, ¿qué arma tenemos?», espetó Aguirre. «¿En la caja?», le preguntó su interlocutor. «Contra él», sentenció la presidenta madrileña, en otra más que posible alusión a Gallardón.

Una actitud «sancionable»

Se podría dar la paradoja de que tan sólo 48 horas después de conocerse la propuesta de suspender un año de militancia al vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, por «menospreciar o descalificar» a Aguirre en una entrevista, el comité de garantías del PP tenga que abrir un expediente a la presidenta Comunidad de Madrid por una causa similar.

Una posibilidad que ya cuenta con detractores y defensores en la dirección nacional del PP. Unas fuentes consideran «poco probable» que se abra una investigación por una conversación privada en la que, además, no se identifica con nombres y apellidos a la persona insultada. Otras, sin embargo, expresan su «hartazgo» con esta guerra soterrada que, cada cierto tiempo, propicia incidentes que atentan contra la imagen de unidad que Rajoy quiere imprimir a su partido hasta las elecciones de 2012. Por todo ello, solicitan que estas palabras «tengan consecuencias» disciplinarias para Aguirre.