Editorial

Avance educativo

El nuevo pacto escolar debería sostenerse sobre una amplia mayoría parlamentaria

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La propuesta para el pacto educativo avanzada por el ministro Gabilondo ante los consejeros autonómicos permitió comprobar ayer que tanto la comunidad escolar como el conjunto del arco parlamentario participan de una inquietud común, de un diagnóstico parejo respecto a los problemas que aquejan a nuestro sistema de enseñanza y de unas pautas coincidentes a la hora de tratar de solucionarlos. La distancia que en años anteriores parecía delinear posturas irreconciliables entre la defensa de la enseñanza individualizada y la primacía del esfuerzo personal, entre el acceso igualitario a la educación y la libertad de elección de centro, entre la deriva centrífuga de un derecho constitucional y la añorante sublimación de una gestión centralizada de la competencia ha dado paso a un espacio compartido de ideas y experiencias. Un espacio compartido que surge de la constatación de que los ideales de equidad que subyacen a la universalización del derecho a la educación no sólo son compatibles, sino que únicamente pueden realizarse mediante una enseñanza de calidad que propicie la paulatina asunción de responsabilidades personales desde una edad temprana. La condición del diálogo es que tanto las formaciones políticas, comenzando por el PSOE y el PP, como las comunidades autónomas y las organizaciones representativas del mundo educativo muestren una voluntad inequívoca de inaugurar una etapa duradera basada en el consenso. A ello contribuiría que las modificaciones legislativas a las que dé lugar el pacto cuenten con una mayoría cualificada de las Cortes. También para esto resulta imprescindible que tanto los interlocutores políticos como los sociales se esfuercen en distinguir las desavenencias que puedan tener sobre la fórmula concreta de solución de algunas cuestiones especialmente relevantes, como el del tránsito entre la educación secundaria y el bachiller, y la bifurcación entre éste y la FP o la necesaria conciliación entre la autonomía de centro y la libertad de elección del mismo con la asignación paritaria de aquellas matriculaciones que requieran de especial atención. Todos están llamados a procurar el consenso buscando puntos de encuentro en los que prevalezca la finalidad que se persigue sobre una discusión interminable respecto a la pretendida perfección de las vías que cada cual propone.