CARTAS AL DIRECTOR

Misa en Madrid por la familia tradicional

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El pasado domingo 27 de diciembre, como ya viene siendo tradición desde hace varios años, la Iglesia Católica a través del Arzobispado de Madrid, organizó en la plaza de Lima de Madrid una misa en apoyo a la familia tradicional. Algo que me parece estupendo porque ¿quién no desea o ha deseado tener una pareja ideal con la que fundar una familia tradicional en la que todo marcha bien? Creo que incluso para muchos no católicos, ello podría ser una forma ideal de convivencia y de criar a unos hijos cuando hay armonía, respeto mutuo y buen entendimiento.

Pero lamentablemente, ello no siempre es ni ha sido posible cuando entre ambos miembros de la pareja comienza a no existir sinceridad, unión, comprensión, afecto. ¿Qué pasa entonces? Pues que cuando todo ello falla por parte de uno o de ambos, de nada sirve empeñarse en mantener una apariencia de familia modélica de puertas para afuera, si dentro de la casa no existe voluntad alguna por mantener armonía y respeto mutuo y uno de ambos termina callando, sin mas derecho que aguantar humillaciones y vejaciones de todo tipo por parte del otro, algo que a menudo recae con mas fuerza en los hijos que son los que directamente sufren esas consecuencias. Es en ese momento cuando hay que comenzar a cuestionarse que es lo mas conveniente.

Hoy las cosas han cambiado mucho desde tiempos atrás, en los que la mujer sólo tenia derecho a callar y llorar en silencio todo tipo de atropellos y humillaciones del hombre. Hombre y mujeres maltratados que ahora, un día, llenos de valentía y con un futuro incierto, a veces perdiendo lo poco que tenían han dicho ¡Basta Ya!, rompiendo esos miedos a denunciar lo que pasa y las vejaciones a las que han sido sometidos.., y han iniciado una nueva vida con sus hijos en solitario.

Esas madres y padres que viven solos con sus hijos tras una nefasta experiencia matrimonial también son familias que merecen una misa porque son tan dignas a los ojos de un Dios verdadero como las familias tradicionales. Ojalá la Iglesia sepa ver y entender por igual las dos caras de la moneda.