La vicepresidenta económica, Elena Salgado, habla por el móvil durante el debate presupuestario de ayer en el Congreso. :: EFE
ESPAÑA

Unos Presupuestos sufridos

A la mayoría garantizada por PNV y Coalición Canaria sumó el respaldo de Esquerra Republicana, BNG e IU El Gobierno saca adelante las cuentas públicas del próximo año con más apoyo del previsto

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero logró ayer que el Congreso diese el visto bueno definitivo a los Presupuestos Generales del Estado para 2010, la ley más importante del año, con más apoyos de los previstos en un primer momento. Los socialistas, que pasan por un momento político delicado, dieron rienda suelta a su alegría con dos largos aplausos y múltiples muestras de cariño a la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, autora del proyecto, y al diputado Francisco Fernández Marugán, el veterano muñidor del acuerdo parlamentario.

El Ejecutivo socialista tenía asegurados los 177 votos cosechados gracias al pacto presupuestario con PNV y Coalición Canaria, uno por encima de la mayoría absoluta, pero logró una decena de respaldos adicionales gracias a los tres centenares de enmiendas que quedaron incorporadas al texto definitivo tras el paso del poryecto por el Congreso y Senado, y que fueron respaldadas por la izquierda, Esquerra Republicana, IU-Iniciativa per Catalunya y Bloque Nacionalista Galego, y hasta en algún caso también por CiU.

Estos partidos dejaron claro que no daban su apoyo al conjunto del proyecto de cuentas públicas, pero facilitaron a los socialistas su tramitación en las dos cámaras, colaboraron en la aprobación de enmiendas por valor de 500 millones de euros y ayudaron para que el PP no lograse ganar ni una sola votación, incluido en el debate del Senado. A cambio, cada uno de los grupos parlamentarios logró introducir pequeños cambios en el proyecto y mejorar las inversiones en sus respectivas comunidades en unos 40 millones de euros, cosa que ocurrió también en cantidades más bajas con Unión del Pueblo Navarro y Nafarroa Bai.

Por este motivo, durante la votación final celebrada en el pleno de la Cámara Baja, que tenía como único objeto ratificar las enmiendas aprobadas en el Senado, las cuentas públicas del próximo año lograron respaldos parciales, según las diversas votaciones, las que los apoyos oscilaron entre los 177 y 194 diputados.

De igual manera, el grupo socialista aprovechó la ayuda de sus socios ocasionales para rechazar la aprobación por error en la Cámara Alta de 13 enmiendas de CiU -dos senadores socialistas se equivocaron al votar a favor de las mismas- que suponían la asunción de un gasto adicional de 254 millones de euros.

Doble alegría

Las votaciones de ayer depararon al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero uno de los Presupuestos con mayor apoyo parlamentario de los seis que ha presentado hasta ahora, sólo superado por los de 2005, que lograron el respaldo de hasta 199 diputados. Lo ha conseguido, además, justo en el momento en que asume durante un semestre la Presidencia de la Unión Europea y cuando todas las encuestas divulgadas apuntan a una derrota en las urnas a manos del PP.

La alegría del Ejecutivo fue doble porque, además de aumentar el apoyo parcial a las cuentas, fueron los primeros Presupuestos en tres años que no recibieron el veto del Senado, donde PP y CiU se quedaron a falta de tres votos para que la Cámara Alta rechazase el proyecto gubernamental. Los socialistas, entre el Congreso y el Senado, pactaron algo más de 300 enmiendas al proyecto con Esquerra Republicana, los nacionalistas gallegos e IU-Iniciativa-per Catalunya, y otras cien más con los nacionalistas vascos y canarios.

Los acuerdos parciales con la izquierda y los grupos pequeños han permitido al Gobierno mejorar algunos aspectos y la imagen de unos Presupuestos Generales muy criticados desde sectores progresistas, de forma especial por su subida de impuestos indirectos, sobre todo el IVA, y al mismo tiempo ha conseguido mantener engrasada la máquina parlamentaria de pactos que exige a diario la estrategia de geometría variable elegida por el Ejecutivo desde el inicio de la legislatura.

José Antonio Alonso, el portavoz del grupo socialista, declaró nada más terminar las votaciones que el respaldo a las cuentas públicas de 2010 lanza «un clarísimo mensaje de estabilidad» para luchar contra la crisis económica -«ahora que ya se ve la luz al final del túnel»- y también constituye una prueba de «fortaleza política» porque demuestra que el PSOE «sabe acordar con todos» los grupos y que, al mismo tiempo, «deja sólo al PP, que sigue sin arrimar el hombro en la lucha contra la crisis».

Despecho

Francisco Fernández Marugán, en su intervención desde la tribuna, criticó el rechazo total del PP a pactar las cuentas y dijo que la derecha «siempre tiene un tentación cainita, de extremismo político desde el despecho». Lamentó la ausencia de ayuda y para ello citó al presidente norteamericano Abraham Lincoln: «Cuando la casa está dividida se sostiene con más dificultad».

El portavoz del partido opositor, Cristóbal Montoro, aseguró que estos Presupuestos son un desastre y que traerán «más paro y recesión». El diputado del PP reclamó a José Luis Rodríguez Zapatero que «baje de la nube y gobierne»; avisó al presidente del Gobierno de que se encamina sin remedio a los cinco millones de parados, e indicó que «otra política económica es posible, la de la austeridad, la bajada de impuestos y las reformas estructurales, incluida la laboral». Los populares coincidieron en el rechazo con CiU, que también considera que son «unos malos Presupuestos para España y pésimos para Cataluña».

Los partidos de izquierda insistieron desde la tribuna en que éstas no son sus cuentas y no las apoyan, pero indicaron que desde esa posición crítica han preferido ser constructivos y dialogar para introducir algunos cambios antes que optar por la oposición frontal.

El Gobierno y los socialistas salieron muy aliviados de la votación presupuestaria porque superar ese trámite, calificado como «el cabo de las tormentas» por algunos diputados gubernamentales, abre, a su juicio, una etapa de tranquilidad política en la que no se presentan nubarrones legislativos en el horizonte dado que el resto de proyectos cuentan con suficientes respaldos parlamentarios. Y, además, decían, viene el impulso que da la Presidencia de la Unión Europea.