Editorial

Más Morales

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El holgado triunfo en las elecciones presidenciales y legislativas de Bolivia aseguran a Evo Morales otros cinco años al frente el Gobierno, al tiempo que confirman la apuesta de la mayoría del país por profundizar en las reformas invocadas en nombre del socialismo y los derechos indígenas. La nacionalización de los recursos energéticos y el fuerte incremento de la presión fiscal sobre las multinacionales han permitido a Morales acometer intensos programas sociales. La rentabilidad electoral de esta política ha quedado acreditada, contrarrestando los efectos de una gestión salpicada de acusaciones de abuso de poder y riesgos de fractura interna por la pugna con la disidencia articulada en torno a los gobernadores regionales contrarios al Ejecutivo. El crecimiento económico registrado en el último cuatrienio, inesperado en un contexto adverso, y el superávit del PIB por primera vez en 30 años, sumados a una oposición fragmentada y sin un programa atractivo, han catapultado a Morales hacia una reelección en las urnas que ha sido saludada con respeto por la comunidad internacional y con visible satisfacción por los dirigentes más populistas de Latinoamérica. La victoria del líder indígena le reafirma. Pero también le compromete a administrar su nueva mayoría procurando el mayor grado de progreso y de cohesión para todos los bolivianos.