Las usuarias pasan de los 35 años cuando deciden tener un hijo sin pareja. :: LA VOZ
Ciudadanos

Madres 'in vitro' y en solitario

Un tercio de las pacientes de las clínicas de fertilidad afrontan solas el embarazoLos tratamientos se aplican con éxito ya que no suelen tener problemas para concebir

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuando María vino al mundo su madre ya tenía los 37 bien cumplidos. Varios fracasos sentimentales y un trabajo absorbente retrasaron el proyecto de maternidad de Ana Gómez, responsable de cuentas en una sucursal de banco de Cádiz, que veía pasar su última oportunidad. Ahora o nunca. Pidió una cita en la clínica e inició el tratamiento. Tuvo éxito al primer intento. «Me paré a pensarlo cuando ya me había quedado en estado», recuerda y sonríe cuando le hablan del reloj biológico.

Los consejos de los especialistas que la atendieron se quedaron cortos para superar la angustia del proceso. Temía haber esperado demasiado, pero las dudas se evaporaron cuando le confirmaron que estaba embarazada. Ana jamás se planteó ser madre soltera, aunque en este caso, la situación manda. Cada vez son más las mujeres que toman esta decisión y buscan salida en la reproducción asistida. La adopción supone un proceso aún más caro y doloroso.

Las clínicas especializadas de la provincia confirman esta tendencia y aseguran que en torno a un tercio de sus pacientes llegan solas, bien porque no tienen pareja o porque mantienen una relación homosexual. Así lo constata la doctora Inmaculada Díez, ginecóloga de la Clínica Serman de Jerez. El centro realiza entre 500 y 600 ciclos al año y una parte de ellos se centran en pacientes solteras. La especialista cuenta que las solicitudes en este grupo no dejan de crecer. «Tienen entre 37 y 41 años y la mayoría son profesionales de clase media».

Sobre los motivos, considera que «se plantean la maternidad cuando se ven en la frontera de la edad». Es el factor determinante, mucho más que la situación económica o sentimental. Una vez que se pasa de los treinta, la tasa de fecundidad empieza a caer y la presión hace mella. La especialista asegura que aquella timidez que provocaba entrar en una clínica reproductiva ya está superada. «Lo hacen chicas cada vez más jóvenes que ya se lo plantean como opción en un futuro». Sin embargo, los tratamientos son caros y supone una inversión costosa si se elige la vía privada para evitar la lista de espera. En el caso contrario, la sanidad pública también da respuesta a la demanda.

A fin de evitar discriminaciones la Junta ya dejó claro que estar sola no supone un impedimento para someterse a tratamiento y quedarse embarazada en los centros públicos. El jefe de la unidad de reproducción del Puerta del Mar, Blas Hervias, lo recalca y asegura que la información ha resultado fundamental para este cambio de tendencia.

Más facilidades

El hospital de Cádiz comenzó a realizar todas las técnicas el pasado verano y no fue hasta septiembre cuando se llevaron a cabo las primeras punciones para extraer óvulos. En estos meses de rodaje también han notado el aumento de mujeres que llegan solas a consulta. «No hacemos demasiadas preguntas sobre sus situaciones personales. Algunas tienen una pareja homosexual y otras son solteras, pero si no es relevante para el tratamiento respetamos la intimidad», explica el facultativo.

En ambos casos el proceso suele ser más rápido que en el de las parejas heterosexuales con problemas de esterilidad. El éxito está garantizado al no existir ningún tipo de complicación para concebir.

El doctor Diego Enciso, que dirige la clínica del mismo nombre en El Puerto, tiene en tratamiento a un amplio grupo de mujeres que llegaron solas a la primera consulta. «Desde hace unos tres años no ha dejado de aumentar este grupo», reconoce. Sobre los motivos lo tiene claro: «el principal de ellos es la soledad y el deseo de tener un hijo que sea suyo». La media de edad de las pacientes que atiende Enciso es algo mayor que en el resto de las clínicas consultadas. Están entre 38 y 42 años, por lo que el tratamiento más indicado en este caso es la fecundación 'in vitro', que requiere la extracción del óvulo.

Por debajo de esa edad se recurre a la simple inseminación artificial, que conlleva la inoculación de semen de donante a la paciente. «Siempre se buscan las opciones más adecuadas para la persona que tienes enfrente, por eso hacemos estudios», aclara María José Aragón, responsable de la unidad de reproducción de Chiclana del grupo Gmer. El centro se encuentra en la Clínica Novo Sancti Petri y cumple ahora su primer año.

«Cuando tenemos que recurrir a la 'in vitro' ni siquiera es necesario realizar la estimulación ovárica», añade la ginecóloga. De esta forma se evita el tratamiento de hormonas, lo que resulta menos costoso tanto física como económicamente para las usuarias.

¿Se puede elegir al donante?

La elección del donante de semen resulta imposible en España, tanto en centros públicos como privados. En este aspecto la Ley es contundente: «en ningún caso la receptora podrá seleccionar personalmente el material genético». De cualquier forma, el equipo médico que la trate deberá garantizar el anonimato y hacer la elección del semen en función de las similitudes físicas e inmunológicas.

Así se evita la intervención en el proceso para garantizar el mayor grado de igualdad. Pero los rasgos físicos del bebé es lo que menos preocupa a las futuras madres que se someten a tratamiento. «Sólo quería que fuera una niña sana y feliz, me daba igual rubia o morena», concluye Ana Gómez.