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Juego de palabras

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El paro agrario y la manifestación de de Madrid fueron el mayor acto de protesta del sector primario y cooperativo de los últimos años. Lo paradójico de estos actos es la casi infinita disparidad de cifras.

Mientras una empresa contratada por la Agencia Efe cifra la asistencia en 12.500 personas, los organizadores afirmaron que acudieron 500.000, cifra que luego rebajaron a 200.000. No es cuestión de matiz. La divergencia es tan grande, que marca la diferencia entre un supuesto fracaso o un rotundo éxito. Alguien debería poner coto a estos desmanes en el análisis o interpretación de datos. Por un lado, es difícil de creer, visito lo visto, que sólo acudieran 12.500 personas. Las empresas que hacen estos análisis deberían explicar bien su metodología y aclarar el margen de error con el que se trabaja, que debe ser conocido. Se trata de un modelo basado en fotografías y conteo, extrapolado a superficies de población fotografiada. Sobre el papel, parece coherente. En cualquier caso, no basta con dar el dato, sino que hay que justificarlo. Algo similar habría que decir de las estimaciones aportadas por las organizaciones agrarias, con la salvedad de que ellas no son las responsables del muestreo. En este caso, dado que en el campo están dados de alta alrededor de 800.000 agricultores y ganaderos, tampoco son creíbles las cifras que aportan. Supondrían más de 4.000 autobuses, todos llenos. Posiblemente la cifra real se sitúe entre los 100.000 previstos en días anteriores y los 12.500 estimados por la Agencia Efe, quizás más próxima a esta última cifra que a la primera. Al margen del número, la movilización ha conseguido el objetivo perseguido, informar a la sociedad de que todo un sector productivo padece importantes problemas que nos pueden afectar a todos. La lástima es que la poderosa FEPEX (Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas) no haya participado, sin dar explicación que lo justifique.