El poder adquisitivo de Pepa

Pepa ya sabe que no cobrará la paguita compensatoria que el Gobierno abona a los pensionistas en enero, en su caso el año pasado fueron 22 euros que, sumados a los 390 que cobra, le supuso pasar el umbral de los 400 y cambiar la vieja tostadora, quemada de tanto uso, por una nueva para calentar el pan a su nieto Luis. Me encanta viajar en autobús y escuchar estas historias de andar por casa, que te hacen reflexionar. Más de un político debería emplear una sola hora de su tiempo para montar en un bus y, simplemente, hacer oído. Pepa está sentada en el asiento de minusválidos y su hija intenta explicarle que, como este año no ha perdido poder adquisitivo, el Gobierno ha decidido que ni ella ni el resto de jubilados cobren esa paguita que, en su caso y, en el de muchos otros, no supone ni medio tanque de gasolina de lo que consume un coche oficial en media jornada. Pepa le pregunta a su hija que qué es eso del poder adquisitivo, porque lo que ella sí ha notado es que en estos meses de crisis la pensión no la puede estirar más, quizás porque el Gobierno no sabe el poder que ella hace para, con lo poco que tiene, ayudar a sus dos hijos parados. Eso no será poder adquisitivo, pero para ella es un verdadero poder. Su hija le intenta explicar lo de la economía sostenible y que ahora el Gobierno dice que todo irá mejor dentro de 20 años. Pepa sonríe, cree que su hija habla de cachondeo, como si ella pudiera esperar 20 años viendo el panorama que tiene en casa. Con la paguita pensaba hacerle a su hijo una comprita extra en el Mercadona, había calculado que este año serían 25 euros y eso le daba para respirar unos días. Pero el poder adquisitivo se lo impide y ella intenta entender qué clase de poder es ese que juega con la paguita de unos pobres viejos que dentro de 20 años sabe Dios dónde estarán. Mientras tanto, Pepa sigue resistiendo, sosteniendo su propia economía, de esa sí que ella sabe.

No todo es gripe A

Desde hace unas semanas se están detectando casos en urgencias del hospital de niños diagnosticados por sus médicos de familia con Gripe A por el hecho de sufrir fiebres altas, cuyos padres acuden al Puerta del Mar después de varios días sin que les baje la temperatura. Se ha dado más de un caso en el que se ha comprobado que no se trataba de Gripe A, sino de otro tipo de infecciones que suelen dar los mismos síntomas y con mayores consecuencias si no se pillan a tiempo. Es por ello que hay que advertir que cuando hay fiebres altas no todo es Gripe A y exigir un buen diagnóstico en el centro de salud de referencia.

¿Qué pasó con Resistencia 2012?

Supongo que alguien tendrá que dar explicaciones sobre los 450.000 euros que costó la inversión en la web Resistencia 2012 puesta en marcha por el Instituto Andaluz de la Juventud en colaboración con el Consorcio para el Bicentenario y de la nada más se ha vuelto a saber. Estas son las cosas que a Pepa (la señora del primer párrafo) le hacen ver que, por mucho que se hable de igualdad, no todos somos iguales... ¡Cuántas paguitas saldrían de esos 450.000 euros!