Doce años de cárcel para el psiquiatra que mató a Nagore

El psiquiatra pamplonés José Diego Yllanes Vizcay ha sido condenado a doce años y seis meses de prisión por golpear y estrangular a la estudiante de enfermería Nagore Laffage, en Pamplona, en lo que el jurado popular determinó que fue un homicidio y no un asesinato. En el fallo, el juez establece una indemnización de 280.000 euros para los padres de la joven, natural de Irún (Guipúzcoa), y 37.000 para el hermano de ésta.

El juez Francisco José Goyena, magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra, condena a este hombre de 28 años, médico residente que cursaba la especialidad de psiquiatría, por un delito de homicidio con la agravante de abuso de superioridad y las atenuantes de reparación del daño y de embriaguez leve. Sin embargo, el magistrado no aprecia las atenuantes de obcecación ni confesión, que sí estimó el jurado popular. José Diego Yllanes quedó absuelto del delito de profanación de cadáveres.

La sentencia dictada por el magistrado que presidió el tribunal del jurado coincide con la petición de pena que solicitó el fiscal, doce años y medio. Las acusaciones, que no apreciaron atenuante alguna y sí la agravante de superioridad, habían solicitado quince años de prisión mientras que la defensa pidió siete años al considerar la cualificación de las atenuantes.

La acusación particular, a través del abogado de la familia Laffage, Miguel Alonso Belza, hizo una lectura favorable a la condena del juez aunque manifestó su intención de recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra para que el delito se considere como asesinato en lugar de homicidio. El letrado argumentó que «la diferencia entre la alevosía y el abuso de autoridad es un matiz muy técnico» y afirmó que iba a estudiar la redacción de los 55 folios de la sentencia para tomar decisiones.

Por su parte, el abogado defensor de Yllanes, Eduardo Ruiz de Erenchun, no aseguró que vaya a recurrir la sentencia por el momento pero sí dejó ver la posibilidad de reclamar las dos atenuantes que el juez no apreció -obcecación o arrebato y confesión- así como recurrir «las reglas de determinación de la pena, con aplicación inferior en un grado, con lo que la pena quedaría entre 7 y 10 años».

La sentencia recoge los hechos probados por el jurado en este crimen, uno de lo que más consternación ha provocado en Pamplona en los últimos años.