Mientras que hay negocios que se ven beneficiados en contextos económicos difíciles, hay personas que sufren directamente sus efectos. /J. C. C.
Ciudadanos

Cáritas aumenta un 40% las atenciones a personas necesitadas en un año

Más de 330 han precisado alojarse en el albergue municipal en los últimos meses y 60 tuvieron que ser atendidas en plena calle

JEREZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los efectos de la crisis siguen haciendo mella en la ciudad y se ceban con los eslabones más débiles de la cadena. Las cifras que maneja Cáritas Diocesana no dejan lugar a dudas: la demanda de ayudas sociales se ha incrementado con creces -más de un 40%- y cada día son más las personas que se ven obligadas a pedir asistencia para comer, pagar la luz o el agua o hacer frente a los pagos de su vivienda.

Quizás donde más se ha notado la demanda -que ha llegado incluso a duplicarse en determinados momentos- es en el comedor de El Salvador, regentado por las Hijas de la Caridad, donde el número de familias que reciben ayuda hoy -160- se ha duplicado con respecto a noviembre del año pasado. En total, fueron atendidas 653 personas de las que 360 acudieron al recurso social por primera vez. Este comedor sirvió más de 27.000 comidas en el último año.

Otro de los indicadores que demuestra que la crisis sigue haciendo daño es el número de intervenciones que se han hecho directamente en la calle. Fueron 60 las personas -en su mayoría con edades comprendidas entre los 34 y los 45 años- que necesitaron atención inmediata.

Otros perfiles

«Hemos detectado un nuevo perfil de personas que acuden a pedir ayuda. Son parejas jóvenes que tienen que dar las llaves del piso al banco porque no pueden hacer frente a la hipoteca. ¿Adónde vamos a llegar cuando se acaben las prestaciones sociales?», se preguntó López. La previsión es que esta circunstancia se dé mayoritariamente a partir de 2010. «Hay personas que antes pedían para pagar la luz y el agua y ahora acuden a las diferentes Cáritas parroquiales de demandar alimentación y un trabajo», detalló.

Precisamente, en los servicios de acogida de Cáritas «hay voluntarios que han tenido que duplicar el tiempo que dedican a atención», destacó la responsable municipal. Una de las medidas en las que están trabajando es «la coordinación entre Cáritas y otros servicios sociales».

Cáritas viene detectando un incremento en el número de peticiones de ayuda desde 2008. «La mayoría de los jerezanos sabe que pueden acudir a nosotros y a los servicios sociales. Por ejemplo, el comedor de El Salvador es muy conocido. Pero también es cierto que hay personas que se resisten a ir porque para ellos, que hasta ahora han estado bien, puede llegar a ser vergonzante», comentó López.

Para Juan Pérez, secretario de Cáritas Diocesana de Jerez, «esta crisis ha creado nuevos pobres y a los que ya eran pobres, más aún. Eso hay que tenerlo en cuenta».

Sin techo

El número de alojados en el albergue municipal es uno de los indicadores. En total, 331 personas han tenido que recurrir a estas instalaciones para no dormir en la calle. La mayoría de ellos fueron españoles (192) con edades comprendidas entre los 46 y los 64 años. Entre ellos, casi medio centenar fueron jerezanos. Dentro del programa de baja exigencia y ola de frío (desde diciembre de 2008 a este mes), hay que destacar que 11 de las 12 camas del alojamiento municipal estuvieron ocupadas y medio centenar de los 300 atendidos en este recurso fueron jerezanos.

La Red de Integración Social de Jerez ofreció ayer estos datos para presentar la campaña del Día de los Sin Techo, que Cáritas ha lanzado este año bajo el lema Su historia es parte de la nuestra. Todos contamos.

«Queremos que se realicen planes con un mayor porcentaje destinados a viviendas sociales y que en la baremación se contemple el colectivo de los sin techo, que haya alternativas reales de inserción. Muchos de ellos se quedan en puertas para poder acceder a una de estas viviendas», explicó la coordinadora del Programa de Personas sin hogar de Cáritas, Mamen López. La responsable incidió en que «las personas sin techo son los más marginados, pero hay que destacar que también son ciudadanos sin hogar aquellos que viven en unas condiciones que no son dignas o en residencias penitenciarias. También las hay que son víctimas de violencia de género o inmigrantes».

Por su parte, Ana Castro, coordinadora del Centro de Día del Salvador, reseñó las estadísticas de atención de estas instalaciones -que son un proyecto común entre Cáritas y las Hijas de la Caridad- con un total de 67 personas de diferentes perfiles en 2008 (beneficiarios de prestaciones sociales, pensiones no contributivas, rentas activas de inserción, hombres entre 35 y 45 años con adicciones e inmigrantes del norte de África, entre otros). «No es que las personas no quieran salir de esa situación sino que es doloroso y muy difícil de conseguir», explicó Castro. «Nuestro trabajo es intentar motivarlos y convencerlos de que son merecedores de una vida más digna», recalcó.