El Marco sigue sin consenso

El pasado domingo leí con mucho interés la entevista que mi compañera Pepa realizó a la consejera de Agricultura Clara Aguilera. Su salto a la primera línea de la actualidad ha sido fulgurante desde que fue designada como responsable del área. Pero como en todo frente, los halagos de algunos a su gestión también van acompañados de las críticas de otros.

En todo caso quiero dejar claro - y nunca mejor dicho- que su declaración de intenciones sobre el plan estratégico del Marco de Jerez me parece valiente. Digo esto porque la situación que atraviesa el sector no es nueva. Ha heredado una crisis galopante que ninguno de sus antecesores han sabido o han podido afrontar de cara, cogiendo el toro por los cuernos, como popularmente se dice.

Desde hace una década la bajada de las ventas del vino y el descenso desproporcionado del precio de la uva han dejado al sector ante un futuro muy negro. De sus declaraciones se desprende que primero llegarán las ayudas a los agricultores, el subsector más debil del Marco, para progresivamente ir consolidando los productos complementarios con la instalación de plantas que actualmente no están en la comarca.

Sin embargo, los viñistas de Trebujena han alzado la voz para posicionarse en contra de este plan estratégico, al entender que será la puntilla para los pequeños agricultores independientes. Algo no encaja, ¿verdad? Uno de sus argumentos es que se sienten discriminados porque no han podido asistir a las diferentes reuniones de negociación de las bases en las que han estado otros productores, bodegueros y alcaldes de las localidades afectadas. Habrá que esperar acontecimientos, aunque parece claro que en este asunto de la crisis del Marco de Jerez que haya consenso, como ella misma pedía, puede estar en su mano.