El presidente de CEAIN cree que los extranjeros se sienten arropados en la ciudad. /L. V.
JESÚS GARCÍA GRIJALBO PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN CEAIN (CENTRO DE ACOGIDA DE INMIGRANTES)

«Que los jerezanos seamos producto de mestizaje favorece la integración»

Asegura que el colectivo necesita voluntarios porque hay muchos proyectos y poca mano de obra CEAIN atendió el pasado 2008 a 2.016 personas y casi la mitad estaban situación irregular

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Desde julio pasado es el presidente de CEAIN, pero lleva 6 años en la junta directiva y muchos más, desde el 97, como voluntario. Este ilusionado defensor de la ONG ejerce como profesor de matemáticas del Instituto Vega del Guadalete en la Barca, donde dice que «hay alumnos estupendos y muy nobles». El centro y él mismo han conseguido premios que animan seguir esforzándose. Como se esfuerzan cada día muchas personas anónimas por hacer un mundo mejor. Desde CEAIN, tú también puedes intentarlo. Su presidente indica que hacen falta voluntarios «pero comprometidos, de verdad, con la causa. No, hoy vengo porque me levanto con ganas y mañana me voy porque esto no es lo mío» advierte. Considera que si fuera de otra forma se entorpecerían los proyectos que se asignan a los voluntarios y que CEAIN tiene el objetivo de llevar a cabo.

-Hablemos de las actuaciones realizadas en el último año

-Nuestro tratamiento es global. Trabajamos en el área socio-jurídica con los servicios de acogida, con más de 2.000 personas atendidas, repartidas en Intervención social -936-, Atención psicológica -42-, Mediación -294-, Jurídico -589-, Prisiones -112 (dos veces a la semana en Puerto II)- y a través del proyecto Oikos (piso de acogida en la zona sur) -13-.

-¿Qué se hace desde el área socio- jurídica?

-Desde aquí facilitamos la integración social de las personas inmigrantes en su entorno, les informamos de sus derechos y deberes. Prestamos asesoramiento específico en materia de extranjería, mediando en problemas de comunicación y conflictos culturales, facilitando el acceso a los servicios normalizados y desarrollando itinerarios de inserción social con núcleos de convivencia.

-¿Y desde la Socioeducativa y sociolaboral?

-Desde éste último trabajamos la integración reciproca (inmigrante y autóctono) en diferentes ámbitos de sus vidas. Contamos con el programa Orienta. Se ve como está el mercado, cuáles son sus habilidades, sus titulaciones y mediamos con el empresario para que puedan hacer las prácticas en esas empresa. Algunos ya están trabajando -y son muy trabajadores-. Hay unos 10 alumnos-as que están realizando un curso práctico y becados como mediadores interculturales. Y en lo socioeducativo, mediamos en las escuelas para prevenir el absentismo escolar y con los que llegan con problemas de integración para que se adapten al sistema educativo que tenemos y que nuestro sistema, al menos en un principio, sea lo más flexible posible.

-¿Cuál es su vía de llegada?

-Tenemos el falso tópico que llegan por pateras. Hace algunos años la mayoría era la población de origen marroquí. Ahora es boliviana y ecuatoriana, y estos llegan por avión. Se asientan aquí por lazos familiares o por el boca a boca. Antes venían más hombres que mujeres y ahora están por igual. Luego, no hay un perfil exacto, porque cambian con los tiempos. Algunos llegan porque tienen un familiar lejano que sienten el deber de acogerlos.

-El inmigrante sale de su país con un sueño ¿y al llegar aquí...?

-La decepción es inevitable, pero no podemos olvidar cuál es su lugar de partida. Un país difícil con una vida traumática. Entonces, al llegar aquí ven que sale agua potable de un grifo, que tienen cubiertas la sanidad y la educación de forma gratuita. Esto hace que aunque su situación sea muy precaria, es un avance en sus vidas como personas por los derechos que ahora tienen y antes carecían.

-¿Qué perfil de inmigrantes existe en Jerez?

-Hace algunos años la edad era de 30 a 40 años, pero vamos tiendo un aumentando en la llegada de inmigrantes menores de 20 años. Se está produciendo una segunda generación que se instalando en la ciudad que demanda de nuestros servicios a nivel educativo. El inmigrante que se queda aquí, lo hace por lazos familiares, porque trabajo no hay. Se van a otras zonas, como Almería, donde la inmigración tiene una ocupación de un 21% y más puestos de trabajo. En Jerez, según el último censo, tenemos una ocupación en torno al 3%. La provincia de Cádiz roza el 3,7%. Entonces, en nuestra zona, el inmigrante está de paso.

-¿Cómo recibe el jerezano al inmigrante?

-Jerez es un producto de mestizajes. Cuando les digo a mis alumnos que los tatarabuelos de vuestros abuelos eran eminentes matemáticos musulmanes y nosotros venimos de ellos, se quedan sorprendidos. Esta herencia, con la mezcla de culturas, nuestro carácter abierto y el que vivamos mucho la calle hace que seamos más receptivos al que viene de fuera. Vivir y convivir mejor. Nosotros nos acercamos con mucha facilidad a los demás, lo de vivir hacía el exterior lo tenemos pegado a la piel.

-Los guetos no son buenos

-No. Acuérdese de lo que ocurrió en Francia. La ciudad siempre ha estado abierta. El Jerez sin fronteras se va haciendo entre todos y todos tenemos que colaborar para que el inmigrante, que viene de muy lejos y ha dejado a parte de su familia fuera, se adapte y comporta los mismos derechos y obligaciones que el resto.

-Y sobre el velo islámico en las clases, ¿Qué opina?

-No podemos permitir que nadie vulnere sus derechos humanos. Ahora bien, vivimos en un consenso social, y a nadie en Jerez se le ocurre decir algo contra los católicos. Respetamos al otro y coexistimos respetando sus creencias religiosas o políticas. Pues lo mismo hay que hacer con el inmigrante, tú no puedes hacer que cambien sus costumbres por ley o por decreto. Tienes que favorecer, mediar en el encuentro de esa persona y de la sociedad que la recibe. No se le puede decir un día: «tienes que quitarte esa prenda». Se le podrá explicar qué le conviene, etc, pero no imponer. Siempre desde el consentimiento mútuo.

-Ustedes trabajan con la Mediación.

-Dentro de CEAIN está la Mediación intercultural. Varias personas trabajan desde la diplomacia para que se integren con todos los derechos y deberes. Actuamos en la escuela, en su trabajo, o en el área socio-jurídica, No se le puede decir «mañana tienes que quitarte esta prenda». Se podrá hablar y explicarle que no es conveniente por esto... pero siempre desde el consenso y con el sentimiento mútuo. Igual que a nosotros aquí no se nos ocurre hacer una diatriba contra los católicos, porque muchas personas se verían afectadas. Igual respetaremos las creencias de los inmigrantes. Debemos ampliar nuestras miras, y ellos, poco a poco también, pero es un proceso largo de diálogo y de desarrollo económico.

-Ha dicho que lo recibe de forma abierta, pero en el trabajo ¿cómo convivimos?

-En principio todo el mundo va bien, después si se producen problemas que se derivan por la competencia, recursos o trabajo, la cosa cambia. También es verdad que los brotes se producen cuando la llegada de inmigrantes resta servicios y calidad de servicios a los habitantes autóctonos. Pero aquí no ha habido problemas o conflictos. Somos más capaces de acercarnos a otra persona, por el clima. Yo vivo en barriada, y todavía se estila bajarse con las sillas de la playa a la puerta. Se hacen corrillos y los inmigrantes que viven al lado hacen lo mismo y se va favoreciendo el contacto.

-¿Con qué subvenciones cuentan?

-Con la Junta de Andalucía. Además tenemos convenios con el Ministerio de Educación y Ciencia, de Trabajo y Asuntos Sociales, del 0,7% famoso que ponemos en la renta. Luego está el Ayuntamiento de Jerez y el de Cádiz, que nos ayuda a mantener el piso que tenemos allí. También hay entidades financieras que apoyan nuestros programas como la Fundación La Caixa y Caja Madrid. Esperemos que este año, a pesar de la crisis, nos lleguen las ayudas.

-¿Que número de inmigrantes atendió CEAIN en 2008?

-En total 2.016 personas. De ellos 840 hombres y 1.176 mujeres. Sobre la situación administrativa 909 eran irregulares y regulares, 1.107. Y sobre zonas geográficas de procedencia fueron: África, un 29%. Europa comunitaria -8%-, UE -10%-. Y de Asia 1%. Los asesoramientos más solicitados fueron: arraigo social, reagrupación familiar, expulsiones, cambios de régimen, temas matrimoniales o violencia de género, entre otros.

A pesar de los años que llevan funcionando como ONG, es difícil mantenerla, pues cada vez son más lo que necesitan su ayuda. Trece personas trabajan en CEAIN de diferentes nacionalidades: saharauis, brasileñas, bolivianas o marroquíes y por supuesto, de Jerez. También se cuenta con 30 voluntarios estables, unos 80 colaboradores, como socios económicos y otros colaboradores puntuales, personas estas comprometidas socialmente. «Ahora tenemos», apunta Jesús, «dos chicas francesas de la Beca Erasmus que estarán varios meses haciendo un trabajo social». En fin, que en CEAIN no les queda otra que moverse y hacer cábalas para que el inmigrante reciba aquello ayuda desde diferentes frentes. Y como siempre faltan manos, su presidente anima «a que vengan como voluntarios, que se metan en nuestra página www.ceain.acoje.org o se personen en la calle Vicario, número 16».

El responsable de CEAIN me confiesa que tienen muchos proyectos y poca mano de obra. Incluso ha tenido que reducir la plantilla por falta de recursos. Por tanto el voluntariado es casi una necesidad para esta ONG. Porque para ayudar no hay que irse lejos. En Jerez también te necesitan.