IMPRESIÓN PRESCINDIBLE

Le regalo mi coche si me lee

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Vale, le he mentido, no le pienso regalar a usted nada. Es más, le voy a robar el tiempo. Dicen que el tiempo es oro así que le mangaré lo justo como para pagar a alguien de rotativa y que me quite de al lado por un tiempo al maldito Téllez. ¿Quién me va a leer a mí con este tipo al lado? Es como salir a ligar con David Beckham, sólo que sin hacer anuncios de maquinillas de afeitar. Téllez es una mala buena compañía o, como decían Les Luthiers, aparecer a su lado es «una desgracia con suerte». Y es que las malas compañías son las que nos pierden. Seguro que Correa hubiera hecho una carrera meteórica en política si no se le hubiesen acercado con las modas y con los modos que le fueron. Seguro que el alcalde de El Ejido y todos los ediles catalanes a los que han pillado con las manos tan poco limpias no habrían hecho cosas raras si «no me hubiesen presionado con su dinero señor juez». Pero, ¿qué le podemos pedir a la sociedad cuando ni siquiera las estaciones están cumpliendo con rigor su trabajo? Si yo fuera Grande Marlaska, o Garzón, o cualquier ser con maza y toga, mandaría detener al verano por apropiación indebida de días...

Hay gente que es mejor no conocer o que no se hubiese conocido nunca. Tal es el caso de la pareja de Málaga, el ruso y ella ucraniana -como podían haber sido de Linares y Castuera-, que están detenidos por, supuestamente, haber matado a su hijo después de maltratarlo. Pero no enseñan a querer las autoescuelas, ni hay agencias ni servicios por internet para que determinadas compañías no nos acompañen nunca.