Quique Sánchez Flores debuta con una sufrida victoria ante el modesto Marbella

Quique Sánchez Flores debutó con victoria en el banquillo del Atlético. Los rojiblancos se impusieron al Marbella con un juego pobre, sin brillo, plano, con grandes carencias ofensivas Pero ganaron. Eso sí, a un Segunda B. Con Forlán en Madrid y Agüero en la caseta, la responsabilidad recayó en Sinama como único delantero y Jurado en la media punta, la posición donde más luce. Asenjo volvió a la portería tras el fallido experimento de De Gea ante el Mallorca.

El estadio del Marbella se llenó para animar a los suyos con la esperanza de agudizar la crisis colchonera con un resultado favorable. Pero el Atlético era consciente de que estaba en juego algo más que la ida de los dieciseisavos de final de la Copa. Enseguida, los visitantes se hicieron con el control del balón. El palo evitó en dos ocasiones que primero Sinama y después Maxi marcaran un gol. Ante la inoperancia ofensiva, tuvo que ser un defensa marbellí, Troyano, quien anotara en propia puerta el primer tanto, al despejar un centro de Ujfalusi.

Dudas en defensa

Aunque los locales apenas inquietaron al meta rojiblanco, dispusieron de un par de ocasiones para empatar. La defensa colchonera siguió transmitiendo dudas en los pocos balones colgados que debió repeler. Pero los andaluces no se llegaron a creer que podían sacar mucho más del partido y perdonaron a los rojiblancos. Los aficionados locales que esperaran disfrutar de un enfrentamiento con un Primera acabarían decepcionados. El choque perdió el poco ritmo que tenía según transcurrían los minutos en un sinfín de pases erróneos, faltas y tiros lejanos. El Marbella se conformaba con una digna derrota que le permitiera soñar con la épica en el Calderón. El Atlético con una simple victoria que elevara su maltrecha moral. Al final, Maxi logró el segundo tanto y dejó la eliminatoria casi sentenciada. Sin embargo, a Sánchez Flores le queda mucho trabajo por delante.