IMPRESIÓN PRESCINDIBLE

La visita al vecino del 5º

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Da la impresión de que Zapatero ha ido a ver a Barack Obama como quien cursa visita formal al vecino del quinto. «Antes no vea el inquilino que había aquí, ¿sabe? Nos llevábamos fatal, pero con usted es distinto. Por cierto, monísimas sus hijas» le dirá José Luis. «¡Qué me va a decir del que vivía antes aquí, que me ha dejado esto hecho unos zorros! Si me lo permite, de sus hijas yo mejor no hablo», le responderá en un inglés que seguramente nuestro líder no entenderá el más oscuro de los 44 inquilinos que han desfilado por la Casa Blanca. ¡Qué triste es en política comprobar cómo se aplican las máximas del «yo acabo de llegar» y del «para lo que me queda en el convento me cago dentro»! Aunque, si les digo la verdad, me da más miedo cuando los jefes de Estado y de Gobierno no cambian nunca.

Pero a lo que íbamos. Sigue cundiendo la idea, fomentada muchas veces por nosotros los periodistas, de que todo se arregla con un encuentro casual, con un aquí no ha pasado nada y que las hasta hace dos días malas relaciones entre España y EE UU se resuelven con el café con leche que se tomará el secretario general de los socialistas en Washington. «Me llevo a dos presos de Guantánamo y eres mi amigo, ¿vale?» ¿Si llega Mariano Rajoy a Moncloa se los devolveremos en papel de regalo? ¿Acaso si Obama pierde las próximas elecciones dirá el presidente número 45 de la Unión que una delegación española se fue sin pagar el bollycao y dos batidos y que eso ahora quién lo abona? La relaciones internacionales se forjan con años de convivencia e intercambios, no subiendo un tapper con las croquetas de ayer.