El político camaleón

La ambigüedad puede ser aplicable a los camaleones. Ellos lo usan como forma de vida, como método de defensa para poder cambiar de color y así pasar desapercibido a ojos de sus depredadores. Tenemos hoy como políticos mandatarios de nuestro país a ese tipo de camaleónica personalidad, que de aquello prometido casi nada se quiere recordar y de la mentira adornada hoy nos muestran verdades crudas y duras. El ciudadano medio trabajador español es hoy ese pobre desvalido fustigado hasta la saciedad por mor de ese camaleónico político, ese tipo de seres ambiguos que hablan, prometen y perjuran a través siempre de un espejo; pues es la ambigüedad un arma de doble filo que se permite dar varias versiones de un solo significado, jugando con verdades que siempre fueron mentiras. El ciudadano español es al final el culpable de todo comienzo, pues se dejó embaucar por ese señor camaleónico y ambiguo que hoy, cual vampiro desarmado, les chupa la sangre a los malheridos.

España tiene lo que se merece, de nada sirve lamentarse de ser el país europeo más castigado por el paro y de padecer millones de familias el maltrato laboral que este camaleón nos procura día a día. Y es que son varios millones de españoles los que sólo sobreviven día a día. sin esperanza, sin motivación. Sólo queda aprender del error cometido para así superar el caos que nos acontece y así vislumbrar un halo de luz en el horizonte. Más aún en estos días, cuando ya no existen ideologías políticas, pues ni el PSOE hace lo que debe ni se muestra como se supone que son. El hombre debe olvidar y, más aún, superar todo tipo de ideologías, y mirar al hombre, al ser humano, a ese en el que podamos creer sin necesidad de obtusos espejos ni pieles camaleónicas. Es cuando se pierde toda esperanza cuando se ha de renacer y se han de quemar las serpientes en la hoguera, quemar su veneno y su mordedura mortífera.