Del Bosque ha visto como se creaba un problema por las ausencias. / EFE
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Las ausencias provocan la tormenta en la selección española

La noche del sábado se convirtió en una sala de bingo para los enviados especiales. Con intervalos de cinco minutos recibían un sms de la jefa de prensa de la selección en el que se notificaba la baja de un internacional. Primero llegó la de Marchena. Luego la de Puyol. A continuación la de Xavi. Y por último la de Cesc, éste por problema familiar.

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La noche del sábado se convirtió en una sala de bingo para los enviados especiales. Con intervalos de cinco minutos recibían un sms de la jefa de prensa de la selección en el que se notificaba la baja de un internacional. Primero llegó la de Marchena. Luego la de Puyol. A continuación la de Xavi. Y por último la de Cesc, éste por problema familiar.

Al principio la lista pasó desapercibida, pero a medida que aumentaba se dispararon las sospechas. ¿Se borraban los jugadores? A esas horas no se podía contactar con los responsables de la selección. Había que esperar al día siguiente. Nadie se explicaba por qué habían tardado tanto tiempo en tomar las decisiones y cómo llegaban a los medios de manera tan escalonada. Por la mañana se fueron conocieron más detalles de la diáspora.

Del Bosque había elaborado una lista de 24 jugadores porque sabía que después del primer partido se registrarían algunas bajas. En la expedición viajaban hasta siete jugadores que se encontraban apercibidos y, si veían otra amarilla, harían enseguida las maletas. Así se había hecho siempre. El cuerpo técnico sabe que la temporada es muy larga y que los clubes están ansiosos porque, si se puede, se administren y recorten los esfuerzos con las respectivas selecciones. El único amonestado que estaba apercibido fue Puyol. Y no es dudoso el capitán del Barcelona, que acumula más de ochenta partidos con España.

Fernando Hierro

Ante tanta marcha se montó un revuelo importante. Había que indagar sobre estas salidas. Y según pudo constatar LA VOZ a través de Fernando Hierro, todos los internacionales contaban con una coartada para salir. Lo que más llamó la atención fue la marcha de dos jugadores azulgrana (Puyol y Xavi). Los mismos que no se trasladaron a Reykiavik a un amistoso contra Islandia en verano del 2006 y esos mismos días se entrenaban con normalidad con el Barça.

¿Coincidencia? Hierro se ofreció a dar las explicaciones. «Aquí nadie duda de los jugadores. Estaba previsto que hiciesen las maletas los sancionados. Y le ha pasado a Puyol, un jugador siempre comprometido con la selección. No entiendo que se haya levantado tanto revuelo porque hace unas semanas se aplaudió que Brasil liberase a Kaká de disputar un partido para que se concentrase con el Real Madrid».

No estaba tan claro el caso de Xavi. Sí para Hierro: «Estaba previsto que sólo jugase sesenta minutos contra Armenia, pero la lesión de Marchena trastocó los planes. Tiene un poco de líquido en la rodilla. Hay que entender el feeling de los lesionados para recuperarse». Que prefieren hacerlo en un ambiente más familiar.

Según el doctor Óscar Celada, «lo más conveniente era no forzar, aunque su situación no era irrecuperable». Manda la medicina.