PAN Y CIRCO

Prejubilación

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Decir que el Trofeo esta muerto me parece algo exagerado, pero que lleva unos cuantos años malusquillo eso lo ve cualquiera, y que el virus que le ha entrado es mortal también, pues es el mismo que se ha cargado a todos esos trofeos veraniegos que nacieron como las tiendas de veinte duros por toda España. Llegar a la edad de cincuenta y cinco años no es fácil para este tipo de torneos y menos hacerlo con dignidad, pues los que son de la misma quinta, Teresa Herrera y Colombino, más que andar se arrastran, uno a partido único y otro con un triangular compuesto por dos equipos de Segunda y un recién ascendido: Huelva, Betis y Zaragoza; si este cartel se monta en Cádiz se lía la marimorena. El Trofeo Carranza es algo más que cuatro partidos, es algo más que una fiesta, el Trofeo de los Trofeos es un gaditano más, y como todos sus paisanos de esa edad se encuentra en una difícil situación laboral y hay que buscarle una salida honrosa, dicho en gaditano una prejubilación. En su momento fue un bombazo, los grandes equipos solo se veían en los reportajes del NODO, y verlos en directo formaba tal expectación que éste era tomado como un torneo oficial, pero ahora es una auténtica pachanga. Hay que usar la imaginación, si su invención fue un acierto que creó envidias y legión de imitadores hay que darle un giro que asombre, algo nuevo, como en su día lo fue. Ayudaría que se volvieran a traer los equipos más mediáticos, que las previas fueran festivas y que la entrega de trofeos recuperara la pomposidad perdida. No sé, quizás enfocarlo como una fiesta local, donde el fútbol solo sea uno más de sus muchos actos. Lo dicho una prejubilación, hacerlo pasar a otro status para que pueda sobrevivir, pues está claro que su misión original ha quedado obsoleta. ¿Otro prejubilado más? Bueno y qué le vamos a hacer, peor sería perder a otro gran gaditano.