Ciudadanos

Indignación en las oficinas de Empleo por la nueva paga

La mayoría de los que se interesaron ayer no cumplen los requisitos La subvención sólo beneficia a quienes se hayan quedado sin ingresos desde el 1 de agosto

| CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Violeta tiene 26 años, es desempleada de una empresa de construcción y actualmente trabaja sólo un par de horas al día como administrativa. Es gaditana, vive con su pareja y entre ayudas y prórrogas, ha recibido 8 meses de prestaciones. Con estas características, ¿podría percibir los 420 euros de ayuda que prevé el Programa Temporal de Protección por Desempleo e Inserción aprobado la semana pasada por el Consejo de Ministros?

No, para su desilusión y la de centenares de ciudadanos que ayer pasaron por las oficinas del Inem para rellenar unas solicitudes que ni siquiera estaban encima de mesas y mostradores. Y la respuesta es negativa porque se ha omitido el dato más significativo, el que excluye de manera automática a miles de parados en la provincia. Violeta no cobra prestación alguna desde enero de este año y el requisito principal, o más determinante, es que el solicitante haya extinguido por agotamiento la prestación de nivel contributivo -el paro- o el subsidio por desempleo, incluidas todas sus prórrogas, entre el 1 de agosto y de 2009 y el 15 de febrero de 2010. Esto es, el respiro económico no llegará a aquellas personas que hayan dejado de cobrar el paro u otro tipo de ayuda antes del 1 de agosto.

Pero no es sólo la imposibilidad del carácter retroactivo lo que distingue a este programa, del que se podrían beneficiar unos 14.000 gaditanos (en Andalucía son 70.000, según la Junta). A diferencia de lo que ocurre con otras prestaciones, el Programa Temporal de Protección por Desempleo e Inserción, incluye a los padres de los solicitantes como miembro a sumar en la baremación de la renta familiar. Esta excepción contribuye, sobre todo, a que sean los jóvenes los que puedan solicitar la ayuda, ya que también está destinada a personas con rentas inferiores al 75% del salario mínimo interprofesional, que en 2009 asciende a 468 euros.

«Había muchas expectativas creadas en torno a este programa, sobre todo a raíz de la salida de la noticia en los medios de comunicación», comenta Enrique Milán, jefe de aérea de la sede del Inem en la avenida de Portugal de la capital. Hasta esta oficina se han acercado más de un centenar de personas para interesarse por las exigencias del programa, resuelto por el Ejecutivo el pasado jueves y publicado el sábado en el Boletín Oficial del Estado.

Mucho ruido...

El impulso que da la alegría de ser beneficiario de una jugosa cantidad de dinero o la falta de información -por no hablar de desinformación- ha propiciado que desde el mismo día en el que se abría el plazo para solicitar la ayuda, las oficinas de Empleo estuvieran a rebosar de demandantes, a la caza de luz para resolver sus dudas. El resultado de tanto jaleo y saturación fue que de todos los usuarios que acudieron a la oficina de la avenida de Portugal, sólo tres se llevaran la solicitud a casa. «El ambiente que ha reinado esta mañana ha sido el de la desilusión», apuntaba una funcionaria de atención al público. En la contigua sala del SAE, encargada de recepcionar las solicitudes, la tranquilidad era absoluta. Muchas llamadas de teléfono y más desazón entre los interlocutores. «Algo había oído, pero he venido a ver si tenía algún resquicio para pedirla», destacaba Violeta tras su entrevista con la funcionaria.

La incertidumbre y la avalancha de usuarios es lógica dado que sólo disponen de 60 días hábiles para presentar la solicitud en el modelo oficial, a contar desde el siguiente al del agotamiento. Además, ya se sabe, cuanto antes se pide, antes se recibe. Los perceptores de esta renta deberán adherirse a un itinerario activo de inserción -de ahí la participación del SAE- que propicie su retorno a la actividad laboral lo antes posible. En cualquier caso, la prestación extraordinaria de 420 euros se percibirá durante un plazo máximo de seis meses, prorrogable por otros seis, siempre que los niveles nacionales de desempleo se mantengan por encima del 17%.

Te despiertas por la mañana con el aire que insuflan 420 euros en las maltrechas economías y todas las ilusiones se desvanecen en medio minuto de charla con un funcionario del Inem. En la mañana de ayer esta frustrante imagen fue la más repetida en la oficina de la avenida de Portugal. Casi 100 personas se acercaron a sus mostradores para interesarse por la recién estrenada paga y de todos, sólo cuatro se fueron con las solicitudes debajo del brazo. El resto, sin el aire. Una usuaria reconocía saber los requisitos necesarios para acogerse a la ayuda aprobada por el Gobierno la semana pasada, pero comentó que llegaba con «la esperanza de que me quede algún resquicio». Por el contrario, el cuarto posible beneficiario fue una señora que pensó que no le correspondía y que cuando la funcionaria comprobó sus datos se llevó la alegría, y el aire, a su hogar.