Sociedad

Cádiz, Torre de Babel

La capital se convierte de nuevo en epicentro cultural gracias al Festival de Folklore, que este año trae a la ciudad a grupos de Isla de Pascua, Benín, Venezuela o México

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«Lorana», saluda Miguel, uno de los miembros del grupo de música y danzas Vai a Heva Ote Henua, que en rapa nui significa «aguas que coren por el mundo». Phillippe Díaz, director de esta formación de Isla de Pascua (Chile), explica que el nombre viene de su afán por «dejar posos de nuestra cultura por todo el mundo». De sus palabras se desprende el profundo amor que siente por su tierra, su pueblo y una fascinante cultura ancestral a menudo denostada y marginada por Occidente. «Ni siquiera los chilenos conocen bien a los rapa nui», apostilla al tiempo que reconoce que ahora «es más fácil gracias a las nuevas tecnologías». Internet ha hecho posible que miles de personas aprendan cosas sobre esta isla de la Polinesia y sus habitantes. «Todo se debe a la incomunicación que hemos padecido. El país más cercano es Chile y se encuentra a 3.750 kilómetros de distancia, se tarda cinco horas para llegar en avión», cuenta este joven que luce en su brazo un tatuaje del hombre-pájaro, un importante símbolo para los rapa nui. En el pasado, cada año, los clanes familiares que habitaban la isla elegían a un representante y todos tenían que competir para coseguir un huevo de un pájaro que solía anidar en la isla. Hacían una pruebas increíbles, que después se prohibieron por su peligrosidad». Estos superhombres bajaban por un acantilado para cruzar luego a nado a un islote lejano donde estaba el nido. Luego tenían que regresar con él intacto y entregárselo al rey. «El que lograba esta hazaña conseguía que él y su familia tuvieran durante un año un estatus privilegiado».

El grupo Vai Heva Ote Henua recupera a través de sus danzas, antiguos rituales de los rapa nui, vestimentas ceremoniales y la música de sus ancestros. Según Phillippe, «el público al principio se asusta porque empezamos el espectáculo con algunos rituales de guerra muy agresivos». Los rapa nui visten con la takapa o vestimenta tradicional, que se compone de un taparrabos en el caso de los hombres, el va, un arma de guerra en forma de cetro y la totora en los pies. «Phillippe también lleva una capa hecha de corteza de palmera que heredó de su padre. Se trata de una prenda que no puede llevar todo el mundo, sólo la gente importante», apunta su compañero Miguel. También se pintan el cuerpo con una pintura que se extrae de tierra volcánica y se colocan coronas decoradas con conchas y vértebras de tiburón. Las mujeres, por su parte, llevan un traje muy femenino que deja entrever sus curvas y cuentan historias apasionantes con la sola ayuda de sus manos. «Lo particular de nuestra cultura es que sin apenas utilizar palabras decimos muchas cosas. Usamos mucho la expresión corporal para comunicarnos», apostilla Philippe.

Encuentro intercultural

Ayer, la residencia Las Canteras de Puerto Real, donde se alojan todos los grupos que participan en el festival, era una auténtica Torre de Babel. Algunos ensayaban con sus instrumentos, otros desempacaban sus trajes y los más perezosos dormitaban tras la recepción oficial. Mientras tanto, los responsables de la organización, entre ellos muchos jóvenes voluntarios, se afanaban en montar todo el tinglado para la cena. Venezolanos y mexicanos deambulaban por los pasillos, mientras los cántabros de la agrupación Valle de Camargo y los bielorrusos de la formación Brestchanka se habían escapado a la playa a aprovechar los últimos rayos de sol.

Desde hoy y hasta el sábado, una decena de formaciones folclóricas de todo el mundo llenaran de color las principales calles y plazas de la ciudad, y actuarán en el Gran Teatro Falla. El principal plato fuerte del programa y el gran atractivo para los gaditanos es el tradicional desfile que recorrerá hoy el casco histórico. El pasacalles dará comienzo a las 20.30 horas y allí podrá contemplarse la diversidad y el mestizaje que han caracterizado este festival desde su constitución hace ya 27 años.

Algunos de los grupos repitenconvocatoria, mientras que para otros es la primera vez que pisan Cádiz. Es de destacar el caso de los africanos de Towara Cotonou, originales de la República de Benín, país fronterizo con Nigeria y Burkina Faso que, a pesar de conocer los encantos de Andalucía -»el vino y el aceite de oliva»- nunca habían pisado esta parte de la región. Marcel Zounon, director del grupo, se dedica a salvaguardar la cultura popular de su país a través de la fusión danzas y ritmos del norte y del sur. Su espectáculo toma el nombre de un ritual típico de la tribu de los Yoruba, el Gelede, procedente de la zona oriental de Benín y la occidental de Nigeria. Éste se remonta a cuando la sociedad pasó de tener un carácter matriarcal a convertirse en patriarcado. Así, el rito servía para atenuar la cólera de la madre y honrar a Iya Nla, la Madre Primordial, y a los espíritus de los antepasados. El término Gelede significa máscara y los bailarines las portan sobre la cabeza. El traje exige un exhaustivo trabajo de artesanía y está lleno de color y simbología.

Venezuela y su carnaval

En el caso de la compañía de danzas Yacambú de Venezuela, sus trajes emulan la vestimenta del carnaval, con sus descomunales coronas de plumas y los tonos azules y plateados de sus vistosas telas. «Nuestro espectáculo es muy rico, tiene influencias españolas y africanas», reconoce Iván Valderrama, director de esta formación cuyo nombre, de origen indígena, significa «la conquista del desierto» y también se refiere al río homónimo que recorre el árido Estado de Lara. «No somos una cultura pura, así que buscamos mezclar todas nuestras influencias». Así, pueden encontrarse en su repertorio desde el vals hasta el calipso, uno de los bailes más representativos, o el clásico joropo.

Durante los próximos cinco días todos estos jóvenes procedentes de los más remotos rincones del mundo desplegarán ante los ojos de los gaditanos lo mejor de su patrimonio dancístico. Junto a ellos bailarán cuatro agrupaciones locales asiduas a este certamen, entre ellas el grupo de Carmen Guerrero o el de Paca Briceño. Por otro lado, este despliegue no se limitará a la capital, ya que el festival se extiende el domingo y el lunes a otros pueblos de la provincia como Alcalá de los Gazules, Benalup, Castellar, Barbate, Zahara de la Sierra, Tarifa, Jimena, Rota y Prado del Rey.

alenador@lavozdigital.es