La urbanización, a la que sólo le falta la ejecución de los trabajos exteriores, se encuentra ubicada en la Zona Sur. / C. O.
Jerez

Los afectados se plantan contra la paralización de las obras en Vistalegre

La entrega de viviendas estaba fijada en agosto de 2008El Consistorio debe a la constructora casi 400.000 euros

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Cuando se apuntaron en la lista de los aspirantes para conseguir una vivienda de Protección Oficial, allá por el año 2005, jamás pensaron que a estas alturas de 2009 aún no tendrían las llaves de sus pisos. Todas las ilusiones puestas en un inmueble de primera construcción en la Zona Sur, que daría cobijo a 84 familias que hoy, diez meses después de la fecha oficial de entrega, siguen esperando que se reanuden las obras y puedan habitar los edificios lo antes posible.

Este problema, tan repetido en la ciudad en los últimos años, afecta ahora a los propietarios de la urbanización Vistalegre, cuyos trabajos de adecentamiento exterior han quedado en suspenso debido a un impago del Ayuntamiento de Jerez a la empresa encargada del proyecto, Guamar S. A. La propia firma ha reconocido a este medio que «evidentemente, cuando se paran las obras es porque hay una falta de pago», aunque ha preferido no concretar la cantidad que le debe la Administración Local.

El grupo de vecinos perjudicado, sin embargo, asegura que se trata de una cifra que ronda los 356.000 euros, como les han acreditado desde la propia constructora, que se encuentra a la espera de poder continuar las tareas de alumbrado, acerado y demás acondicionamiento de la urbanización. Desde el Ayuntamiento, por su parte, se han apresurado a confirmar la adopción de un acuerdo de pago con Guamar, que se materializará la semana próxima. El caso es que los propietarios, primeros interesados en que se resuelva el asunto, no han tenido ningún tipo de noticia oficial al respecto y se confiesan cansados de que «se pasen la pelota unos a otros», por lo que han decidido hacer frente común y tomar cartas en el asunto.

«No sabemos por qué no terminan de hacer la calle, porque eso se hace en nada -lamenta una de las perjudicadas, Paqui Reguera-. Cada uno dice una cosa y ya no sabemos a quién creer, estamos desesperados». Y es que la tercera en discordia es la empresa Fabicón, S. L, que se ha encargado de levantar los edificios y a la que el Ayuntamiento, a través de un escrito fechado el 7 de mayo y al que este periódico ha tenido acceso, culpaba del retraso en el proceso.

Según este documento, la firma no tiene concedida licencia de primera ocupación «por causas imputables a dicha entidad», argumentando que su expediente se encuentra pendiente de una serie de documentación que le ha sido solicitada. Ni que decir tiene que la constructora afirma que su trabajo (correspondiente al 97% de las ejecuciones) está finiquitado, como consta en los informes que han sido entregados a la comunidad.

Primeras iniciativas

Ante esta coyuntura, en la que nadie da respuestas concluyentes que amortigüen la inquietud de los vecinos, el grupo ha organizado varios encuentros en los que ya se ha comenzado a fraguar una estrategia con el fin de luchar contra la falta de soluciones. De hecho, Reguera ha declarado que el colectivo se encuentran estudiando la posibilidad de llevar la paralización a los tribunales, algo para lo que están siendo asesorados por abogados, pues detrás de todo ello se esconden situaciones difíciles y dramas personales que a muy pocos parecen importar.

Moisés de Jesús, otro de los afectados, ha contado que lo primero que van a hacer será acudir mañana lunes al Ayuntamiento para presentar un escrito firmado pro todos ellos, en el que hacen patente su malestar y reivindican una pronta solución al problema. El documento será remitido a todos los partidos políticos y así comenzarán a hacer oír su voz, aunque su cita más importante será la del Pleno Municipal del jueves que viene, al que acudirán con pancartas en señal de protesta.

«Queremos que el delegado de Urbanismo nos reciba y no nos dé más largas -sentencia De Jesús-. La alcaldesa dijo antes de Feria que en dos semanas pagarían a Guamar para que nos entregara los pisos antes de verano, pero las obras siguen paradas, por lo que no dudaremos en manifestarnos si hace falta». La comunidad no puede evitar sentirse defraudada por el devenir de los acontecimientos, y recuerdan que también ellos tienen unos derechos que no se están respetando. «Tenemos una ciudad de primera con un Ayuntamiento de segunda. Jerez no es sólo la Feria y la calle Larga. Nosotros pagamos nuestros impuestos y con mucha fatiga intentamos tener una vivienda digna, y por culpa de unos señores todavía estamos en la calle».