Florentino Pérez regresa entre la esperanza y el recelo

Sin nadie capaz de reunir un aval de 57 millones de euros para poder presentarle batalla electoral, Florentino Pérez se convertirá hoy en presidente del Real Madrid sin ni siquiera pasar por las urnas. Vuelve el ser superior de Butragueño, el hombre que abandonó hace más de tres años la nave blanca y que sale al rescate porque entiende que «el mundo le espera». Una sentencia, aparecida en un vídeo promocional, que ha provocado la primera polémica en el regreso del dirigente galáctico, del propulsor del merchandising, de las giras asiáticas, del modelo de Zidanes y Pavones, consustancial a la historia del Real Madrid pero que le devoró al final de su primera gestión.

«Entrega, ética y honestidad» son las tres premisas de Florentino para sacar al Madrid de la «convulsión» en que le sumió Ramón Calderón, para convertir una «comunidad de vecinos en el mejor club del siglo XXI» mediante un «proyecto espectacular». Recurre de nuevo a Valdano como director deportivo, a Zidane como asesor y embajador y al chileno Pellegrini, salvo que Wenger diera el sí quiero a última hora, como técnico. Un entrenador de perfil medio bajo, aunque ha triunfado con el Villarreal, conoce bien la Liga, también la Champions y apuesta por el toque ante todo.

Ganar, ganar y ganar exige al menos 250 millones de euros en refuerzos. Tiene atado a Kaká, confiesa que traer a Cristiano Ronaldo estaría bien y parece que avanza en las negociaciones con Ribery, Xabi Alonso, Villa, Silva. Desea españolizar el club, inculcarle los valores de la cantera, la idiosincrasia ganadora y comprometida de la factoría blanca.