Silencioso y no contamina

La dirección tiene una desmultiplicación más directa y transmite mejor el contacto entre el neumático y la carretera. En la versión híbrida no hay un eje de transmisión longitudinal sino que un motor eléctrico se encarga de mover las ruedas traseras cuando hay poca adherencia o se acelera con intensidad. Los motores son los responsables del buen andar del coche en carretera y en ciudad, donde sus emisiones son casi inexistentes. Las suspensiones permiten que el coche tenga un comportamiento mejorado, a lo que contribuyen las barras estabilizadoras. Destaca su capacidad para acelerar, y las recuperaciones que logra son colosales. Cuando el vehículo precisa de la tracción total porque se produce una falta de adherencia, entra en funcionamiento el propulsor eléctrico trasero.