Responsabilidadsin límite

El desfalco descubierto en el Ayuntamiento de San Fernando ha dado lugar a la detención de dos funcionarios municipales. Eso por un lado, pero por otro se está provocando una situación de acoso y derribo del alcalde, cuando no de linchamiento moral, que cuesta trabajo comprender. Se le exige que asuma la correspondiente responsabilidad política en forma de dimisión inmediata. Que se sepa, nadie pone en entredicho su honestidad personal o su integridad en el ejercicio de sus funciones. Al menos, por el momento.

Se dice, no sé sin con razón, que en España nadie dimite aunque también es cierto que las peticiones de dimisión se producen con excesiva alegría, sobre todo cuando se hacen por elevación, como sucede en San Fernando. Antes que el alcalde hay unos cuantos responsables directos, que están obligados a supervisar y controlar, entre otros, el trabajo de los imputados. Se podría entender la reclamación de responsabilidad política si se hubiera quedado con los brazos cruzados. No parece que sea el caso puesto que el alcalde ha presentado denuncia. Intuyo que en el asunto hay mucho de demagogia barata, que numerosas manifestaciones de dimisión carecen de rigor.

De seguir por este camino, el país se quedaría casi huérfano de cargos públicos. Seguro que al alcalde le pide el cuerpo dimitir, pero es probable que no lo haga porque significaría que asume una responsabilidad que no le corresponde. Más vale dejar que la Justicia siga su curso.