«Se ofrece chico/a para trabajar en la Feria»

«Ha venido mucha gente pidiendo trabajo. Hay muchos venezolanos y de otras nacionalidades, pero lo que más españoles». Así se expresa Sebastián Herrero, socio de la Peña Los 100, mientras da los últimos retoques para que el montaje de su caseta esté completo de cara a la Feria del Caballo, que mañana comienza oficialmente. «Se ofrecen para trabajar de lo que sea: de guarda, de camarero, de cocinero, de pinche... De cualquier cosa», remacha.

Y es que la crisis económica está dando lugar a situaciones que creíamos totalmente desterradas, como este aluvión de personas a las puertas de las casetas mendigando un puesto de trabajo.

En total, alrededor de «cuatro o cinco personas» todos los días ofreciéndose para desempeñar cualquier labor remunerada. Ser contratado durante esta fiesta es sin duda una manera de aliviar la penosa situación económica a la que muchos ciudadanos se han visto abocados por la coyuntura actual, con unas cifras de desempleo que son galopantes.

En el suelo de las casetas, los carteles se acumulan: «Se ofrece chico (o chica) para trabajar de...». Las variantes son múltiples. Cuando el hambre aprieta, uno se ve capacitado para cosas que jamás habría pensado.

Y no sólo eso. También hay muchos más papeles de propaganda de empresas, que cubren buena parte del albero del parque González Hontoria.

Empresas de comunicación, de imagen y sonido y un largo etcétera. Muchos anuncios también de conocidos negocios de comida rápida y/o de reparto. «Aquí se piden muchas pizzas para la caseta», explica uno de los operarios que trabajan en el montaje de la Peña Los 100, Francisco Javier Rodríguez. «Nunca había visto tanta publicidad», recalca.

Desde la caseta de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer, se observa lo mismo. El casetero, Manuel Blanco, está totalmente sorprendido: «Hay una gran cantidad de gente pidiendo trabajo. Yo, que vengo de Sevilla, he visto allí auténticas colas de gente que quería trabajar».

Lo mismo le está sucediendo a las puertas de la fiesta por excelencia de Jerez, que comenzará mañana para dar el pistoletazo de salida a siete días de gran diversión para miles de personas, entre jerezanos y turistas españoles y extranjeros.

Los hosteleros y caseteros, en el contexto actual, se dividen entre quienes esperan una gran Feria y los más pesimistas, que creen que la crisis hará sin duda estragos. Así, si bien no prevén una merma significativa en la afluencia al Real durante la semana, sí que piensan que la gente gastará menos, sustituyendo la alegría de otros años por la moderación. «De los langostinos y el jamón a la tortilla y los pimientos», avisan algunos.

Solamente el tiempo lo dirá, aunque bien es cierto que el precedente de la Feria de Abril de Sevilla hace que muchos contengan la euforia.

Otros que también verán descender su negocio son los feriantes, ya que las familias de gitanos que venden claveles y lotería en la Feria han visto también bajar las ventas de manera significativa en Sevilla.

Así que, si nada lo remedia, la de Jerez también será recordada como la que hizo apretarse el cinturón a los ciudadanos, que esta vez no han podido ahorrar tanto como otras veces.

eesteban@lavozdigital.es