PAN Y CIRCO

Adversidades

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Para lograr el éxito en las competiciones deportivas -y en la lucha de la vida- es necesario que, además de vencer a los adversarios, superemos las adversidades, dos obstáculos diferentes que, como es sabido, se suelen aliar, sobre todo, en los momentos decisivos. El domingo pasado el equipo amarillo nos demostró que está preparado para alcanzar la meta -el ascenso- imponiéndose a las previsibles dificultades que surjan en los partidos del play off. Todos -técnicos, futbolistas y aficionados-, que conocíamos la calidad del Poli Ejido y su necesidad de puntuar, estábamos razonablemente inquietos hasta conocer la capacidad de una alineación en la que estarían ausentes cuatro de sus elementos más solventes. El resultado positivo -aunque escaso- y, el juego eficaz -aunque deslucido- han tranquilizado los ánimos y han consolidado las esperanzas que, desde el comienzo de la temporada, habíamos depositado en este equipo. Algunas de las claves de esta trayectoria ascendente residen en la decisión componer un equipo técnico y una plantilla de profesionales de Segunda División B. Este planteamiento, que muchos podemos pensar que es una obviedad, resultaba más difícil de lo que, a primera vista pudiera parecer, si tenemos en cuenta la historia del equipo y la biografía de algunos de los fichajes. Ésta es la traducción concreta de ese mensaje que, en las horas tensas y esperanzadas que han precedido a cada partido, ha transmitido el entrenador a los futbolistas y a los aficionados. La consecuencia inmediata ha sido que, no sólo han evitado las actitudes que pudieran interpretarse como suficientes, presuntuosas o petulantes, sino que, además -haciendo gala de lucidez, fortaleza y grandeza- han sabido reconocer los méritos de los equipos adversarios y no han tenido el menor reparo para elogiar la calidad técnica y la categoría profesional de sus jugadores.