Vista de las obras del puente desde el Bajo de la Cabezuela. / A. V.
CÁDIZ

Un muro de tres metros separará los barrios de Astilleros y La Paz

El Ayuntamiento se opone a la solución que da Fomento para la llegada del puente porque creará una barrera igual que la del tren antes del soterramiento

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La guerra esta vez no es política (aunque según el Ayuntamiento el fondo sea ése), sino técnica. El Ministerio de Fomento propone un túnel subterráneo desde la avenida de la Bahía hasta la de las Cortes para solucionar la distribución del tráfico rodado cuando esté hecho el segundo puente. Eso no es nuevo. Lo que no se sabía es que esta solución supondrá la separación de dos barrios, el de Astilleros y La Paz, que ahora coexisten sin ninguna división.

La alcaldesa explicó ayer lo que hasta ahora era una discreta negociación entre técnicos. La exigencia de Navantia de que el puente tuviera más altura para que pudieran pasar barcos de mayor envergadura obliga a cambiar la llegada de esta infraestructura al término municipal de Cádiz. Fomento plantea que el puente ‘entre’ en tierra firme a 3,5 metros de altura.

Para ello, se elevaría mediante relleno la rotonda frente al Corte Inglés hasta alcanzar esos 3,5 metros. Por debajo pasaría el tráfico que viene de la avenida de la Bahía (barriada de La Paz) en dirección a la avenida de Las Cortes. Este túnel subterráneo obligaría a hacer una trinchera, es decir, encajar esos dos carriles (uno para cada sentido) con muros.

Escalera para la rotonda

En la práctica significa que la zona no se permeabiliza, porque los peatones al final de la barriada (frente al Corte Inglés) no podrán cruzar por allí. Únicamente se ha previsto una escalera por la que los peatones podrían subir a esa rotonda maciza y cruzar, pero sólo desde el paseo marítimo, que por cierto no sufriría cortes puesto que discurrirá bajo el puente.

Ese subterráneo vendría a salir, según explicó la edil a la altura de Canal Sur, en la avenida de las Cortes.

La alcaldesa denunció ayer que los vecinos de esa parte de la barriada, que hoy salen de su portal y contemplan el mar, verán un muro de tres metros y medio.

El Ayuntamiento propone resolver la llegada del puente con una gran rotonda, que podría incluso elevarse un poco (en pendiente) y absorber la altura con la que ‘toque’ tierra firme. «Si lo dejaran en un metro, en lugar de en tres, podríamos solucionarlo así», señaló la edil.

Según las conversaciones que han tenido los técnicos de una y otra administración, el túnel subterráneo no sería necesario ahora, sino que se haría por si se incrementa el tráfico. El Consistorio rechaza esta posibilidad. «Cádiz no es un lugar de paso entre ciudades, no va a aumentar el tráfico, porque esto no es como el puente del Descubrimiento en Sevilla», sostiene Martínez.

«Que nos dejen el puente en la cota más baja y el resto lo arreglamos nosotros», retó la regidora, que se quejó de que Fomento «haya escuchado a todo el mundo, menos a la ciudad». También de que en lugar de «exprimirse el cerebro» y ver otras alternativas, como pilares, que siempre resultan mejor desde el punto de vista estético, se hayan decantado por relleno y muros de hormigón.

A la hora de hablar de cuál es la solución que se impondrá no hay nada claro. Fomento no tiene competencias para hacer ordenación del tráfico en el término municipal de la ciudad y el Ayuntamiento tampoco puede imponer una solución, es decir, están obligados a entenderse.

La alcaldesa aseguró estar «muy preocupada» con este asunto. «Me he reunido con los vecinos de la zona y les pedí calma, porque estábamos discutiéndolo, pero estoy viendo que no nos van a contestar». Martínez definió el proyecto de Fomento como «el muro de la vergüenza».

Y todo este desencuentro ocurre sin que ni siquiera se haya hablado de otro problema: por dónde discurrirá el tranvía, cuyo paso por el segundo puente se decidió el año pasado.

mcaballero@lavozdigital.es